ERMITA DE SAN PEDRO
Alto Nervión
Arrankudiaga | Bº Uribarri
Resumen (PDF)
San Pedro, s/n (48498)
p.asuncion.arrankudiaga@bizkeliza.org
EDIFICIO [1]
Se trata de un sencillo edificio de planta [2] rectangular –levemente trapezoidal–, de una nave, que a los pies se prolonga en un pórtico [3] [4].
Los muros son de mampostería en parte ligeramente recuadrada y en algunas zonas lajas, reforzada con sillería irregularmente trabajada en los esquinazos al exterior. En las paredes laterales y posterior algunas piedras sobresalen a media altura [5], como si estuvieran destinadas a sustentar alguna estructura, aunque están demasiado bajas para ser un pórtico.
En la fachada de los pies se utiliza ladrillo macizo para definir acceso y ventanas, fruto de una intervención de hace algunas décadas (1982).
Todo este material queda visto, sin enfoscar, tanto al exterior como al interior.
Dentro del edificio en las zonas altas de este aparejo se aprecian unos huecos cerrados con unos torpes sillares [6]. Puede que el templo haya conocido un recrecimiento, o tal vez existiera un sistema de cubierta diferente al actual que hiciera uso de tirantes encastrados en estos huecos.
En la cabecera se abre una hornacina adintelada, de eje vertical muy alargado. Otro nicho, en arco mitral, se abre al exterior al eje del muro de los pies.
Al interior el pavimento es un embaldosado de reciente factura. El presbiterio se eleva ligeramente.
La cubierta es de madera. Los cabrios y un tirante central quedan a la vista, mientras que los tableros se ocultan bajo un raseado. Una cercha central refuerza esta techumbre, dividiendo el templo en dos.
El tejado es a dos aguas y se prolonga sobre el pórtico.
La iluminación del templo es muy escasa: en el lado sur se abre una estrecha ventana saetera con interior abocinado [7] [8], definida por unos toscos sillares. El norte es ciego, como es usual.
Otra aspillera ha sido perforada, tardíamente, en la hornacina del hastial de los pies.
En este muro oeste se abre el único acceso [9], un hueco adintelado flanqueado por sendos vanos, también adintelados y muy alargados verticalmente. Todos ellos van recercados con ladrillo macizo y delimitados superiormente con un dintel corrido de madera. Uno de los huecos se ha adaptado a modo de púlpito hacia el exterior, con base semicircular y antepecho de hierro. Aunque todo este hastial está muy alterado, la existencia de unos muretes bajo los vanos laterales y el dintel corrido nos lleva a pensar que esta ermita pudo estar abierta a los pies, a modo de humilladero, lo que explicaría también la escasez de vanos de iluminación y la apertura de la aspillera de los pies.
Por delante la ermita se completa con el pórtico. Ajustado al ancho de la nave, su cubierta reposa sobre dos pies derechos de madera con basas troncocónicas de piedra caliza.
La de San Pedro de Uribarri es una ermita rural que recoge las características propias de un templete de barriada vizcaína: un pequeño espacio de culto resuelto con digna modestia y dotado de pórtico para proteger de las inclemencias climatológicas las reuniones de su reducida feligresía.
Poco sabemos de su biografía. Se documenta desde 1632, cuando el ayuntamiento de Arrankudiaga se hacía cargo de los gastos de la procesión y misa celebradas el día de la fiesta1ELORRIAGA BUSTAMANTE, 1995, p. 352..
Posteriormente hay algunas noticias sobre sus finanzas, basadas en las limosnas y en la explotación de algunos terrenos arbolados y eventualmente algún censo (préstamo hipotecario) concedido a algún vecino. Pero casi nada sabemos sobre su evolución formal2Ibid..
Aparte de pequeñas reparaciones y retejos, tan solo podemos decir que entre 1791 a 1814 se gastaron 450 reales «por el nicho nuebo que se executo para poner la efigie de San Pedro y pintarlo de jaspeado», quizás la hornacina de la cabecera, que según esto estaría raseada y pintada3AHEB-BEHA, Parroquia de La Asunción de Nuestra Señora de Arrankudiaga, Cuentas de las ermitas de San Pedro de Uribarri, San Antonio Abad, San Sebastián y San Fabián de Basocoechea, Santo Domingo y Santa María Magdalena de Arrankudiaga, 1753-1891, sign. 0204/004-00..
Dada su factura popular, los aspectos formales no nos ayudan a proponer una cronología para el actual edificio. En cualquier caso, fue renovado en 19824ARREGI AZPEITIA, 1987, vol. 2, p. 14..
1. ELORRIAGA BUSTAMANTE, 1995, p. 352.
ELORRIAGA BUSTAMANTE, Carlos. Arakaldo y Arrankudiaga-Zollo. Estudio histórico-artístico. Bilbao: Diputación Foral de Bizkaia, 1995. (Colección Monografías de pueblos de Bizkaia).
2. Ibid.
3. AHEB-BEHA, Parroquia de La Asunción de Nuestra Señora de Arrankudiaga, Cuentas de las ermitas de San Pedro de Uribarri, San Antonio Abad, San Sebastián y San Fabián de Basocoechea, Santo Domingo y Santa María Magdalena de Arrankudiaga, 1753-1891, sign. 0204/004-00.
4. ARREGI AZPEITIA, 1987, vol. 2, p. 14.
ARREGI AZPEITIA, Gurutzi. Ermitas de Bizkaia. Bilbao: Diputación Foral de Bizkaia / Instituto Labayru, 1987, 3 vols.
MOBILIARIO
Apenas hay datos sobre el mobiliario anterior, más allá de que en 1753 se indicaba que el templo tenía “un frontal de lienso pintado en Bilbao…, una campana de metal bronce… (y) un farol del ojadelata, que sirve de lámpara”. Y en 1891 “habiendo aparecido rota y quebrada el ara… se ha sustituido con otra, por cuyo coste y colocacion se han satisfecho veinticinco reales”5AHEB-BEHA, Parroquia de La Asunción de Nuestra Señora de Arrankudiaga, Cuentas de las ermitas de San Pedro de Uribarri, San Antonio Abad, San Sebastián y San Fabián de Basocoechea, Santo Domingo y Santa María Magdalena de Arrankudiaga, 1753-1891, sign. 0204/004-00.. Escaso ajuar, como vemos.
Elementos de interés etnográfico
Exvoto [10]. Madera y tela. Barco pesquero, posiblemente dedicado al arte de cerco de bajura. La presencia de radar y los dos mástiles lo sitúan en un punto de transición en torno a los años 50 o 60 del siglo XX. Ha sido restaurado recientemente.
Elementos depositados en la parroquia de la Asunción de Nuestra Señora de Arrankudiaga
Imagen de San Pedro [11] (109 x 41 x 29). Madera policromada. Talla de San Pedro papa, en pie, tocado con la tiara y portando cruz patriarcal y una llave. Es de ademán animado, patente sobre todo por lo volandero del manto y la propia disposición de su derecha en alto. Las telas se agitan pero resultan rígidas, como lo es también el rictus, contenido y en sensible deformidad. Se acompaña de algunos detalles formales de interés, como la rocalla en el borde del manto, el broche que lo cierra o las ínfulas con borlones del tocado. Lo que nos habla de barroco, y nos lleva a un momento avanzado del siglo XVIII. Efectivamente, sabemos que en 1785 se pagaron por ella, incluida su policromía, 270 reales. Sustituía a un “vulto de dho santo de madera y estofado” citado en 1753, que fue conservado a la llegada de la nueva talla, pero en 1791 el visitador ordenaba que “se deshagan del San Pedro viejo, muy ridiculo, deslucido e indecente… y entierren sus pedazos en la ermita“6Ibid.. Posiblemente allí seguirán.
JMGC – RCL – AAS – MRV
5. AHEB-BEHA, Parroquia de La Asunción de Nuestra Señora de Arrankudiaga, Cuentas de las ermitas de San Pedro de Uribarri, San Antonio Abad, San Sebastián y San Fabián de Basocoechea, Santo Domingo y Santa María Magdalena de Arrankudiaga, 1753-1891, sign. 0204/004-00.
6. Ibid.