ERMITA DE SANTA CATALINA 

Alto Nervión

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Orozko | Bº Jauregia

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Resumen (PDF)

Jauregia, 16 (48419)

p.sanmartin.orozko@bizkeliza.org

EDIFICIO [1]

Se trata de un edificio de planta [2] rectangular, espacio unitario que sin embargo se fragmenta en tres tramos al nivel de la cubierta y que remata en cabecera ochavada de tres paños [3] [4]. Al norte se le adosa una pequeña sacristía cuadrangular [5]. A los pies se prolonga en un pórtico.

Los muros, alzados externamente sobre un zocalillo, son de mampostería reforzada con sillería irregularmente trabajada en los esquinazos al exterior y en el recerco de los vanos. En el interior este mampuesto está a la vista, sin enfoscar, excepto en los muros del ábside. Dentro del edificio en algunas zonas parecen apreciarse cortes horizontales en este aparejo, como si el templo hubiera conocido recrecimientos o hubiera sido alzado con parones. Esto es más evidente en el muro de los pies [6], donde sobre un escalonamiento puede seguirse la huella de una techumbre anterior más baja que la actual de la que han quedado como testigos algunas cabezas de viga visibles tanto al interior como al exterior.

Al interior el pavimento es un enlosado de arenisca. El presbiterio se eleva mediante una grada.

La cubierta es de madera. Cabrios y tableros se ocultan bajo un raseado, quedando vista la armadura de cerchas triangulares que marcan los tramos de la nave. Se asientan en una durmiente de madera que recorre lo alto de los muros. En el tirante de la cercha de la cabecera, parcialmente achaflanadas sus aristas, pueden verse talladas unas puntas de clavo [7], un motivo popular habitual en los trabajos de madera del siglo XVIII.

El tejado es a dos aguas, transformándose en el ábside en tres vertientes, como así mismo sucede en el pórtico, que no alcanza la cota del tejado.

A los pies se abre el único acceso al templo [8], adintelado y con una aguabenditera a la derecha, aproximadamente hemiesférica y sin ornato y con el pocillo algo descentrado.

La iluminación del templo se consigue gracias a tres ventanas [9] [10] adinteladas en el lado sur, siendo ciego el norte como es habitual. Son adinteladas, recercadas de sillares al exterior y sólo a base de mampuesto por dentro. Todas ellas se abren en la zona que parece haber sido recrecida. A ellas se suman otros dos pequeños vanos similares a los pies.

Todos van recercados por sillares al exterior, aunque al interior están torpemente excavados en el muro y dotados de dinteles de madera. Los de la fachada oeste están protegidos por sencillos barrotes de hierro.

La ermita cuenta con un coro [4] a los pies, ocupando algo menos del tercer tramo. Su estructura es de madera, con antepecho de barrotes de sección cuadrangular sobre un entarimado nuevo que descansa en travesaños y viga durmiente. A éste se accede por escalera de madera a la izquierda, de dos tramos.

Como anexo, la ermita cuenta con pequeña sacristía [5] adosada en el norte, con cubierta a un agua más baja que la cota del tejado. Se accede a ella desde el primer tramo por paso adintelado, se cubre con cielo raso y se ilumina por una ventanita adintelada.

A los pies se levanta una espadaña [11], rematada por esfera con cruz y dos adornos piramidales en los lados. Cuenta con un solo vano para campana.

Por delante la ermita se completa con el pórtico. Ajustado al ancho de la nave, su cubierta se eleva sobre cuatro pies derechos de madera apoyados sobre un pretil de mampuesto de media altura, que se interrumpe al centro como paso para acceso. Este pórtico está encachado con canto rodado [12], formando un sencillo patrón rectangular.

 

El aspecto y volumen general es coherente, proporcionado y perfectamente acorde a las construcciones de culto menores para una barriada rural.

De acuerdo a la documentación, en 1758 la ermita estaba “mui maltratada y proximo (sic) a caer”, por lo que el mayordomo y los feligreses decidieron reedificarla. Se retrasaron las obras hasta 1764, cuando se contrataba al cantero Ignacio de Sorarrain y al carpintero Andrés de Otuna, quienes le dieron su aspecto definitivo. Los maestros cobraron por ello por 621 y 1.432 reales respectivamente1CONDE FUENTE, 1997, p. 249..

Habría obras posteriores, como cuando en 1776 se colocaba una

“nueba lintterna o sombrerera en el armazon del sobre el presvitterio, […] por lo ruinoso que esttaba lo antterior, y con muestras de aplanarse el armazon de cabrios que sosttenian en ella”.

En 1801 Ignacio de Ugarriza rehacía pared y parte del tejado que se había llevado un huracán. La losadura se colocaba en 1807.

En 1899 tuvo lugar una obra de cierta entidad cuyo coste ascendió a 3.377,70 reales. Tal vez fuera entonces cuando se añadió la sacristía2AHEB-BEHA, Parroquia de San Martín Obispo de Orozko - Albizu-Elexaga, Cuentas de la Ermita de Santa Catalina, 1766-1942, sign. 2984/002-01. BFAH-AHFB, Administración de Bizkaia, Obras, transportes y comunicaciones, sign. AT 00627/012..

En 1974 tuvo lugar una intervención general en el templo que le dio su imagen actual3ARREGI AZPEITIA, 1987, vol. 2, pp. 506-507..

1. CONDE FUENTE, 1997, p. 249.

CONDE FUENTE, Roberto. Orozko. Estudio histórico-artístico. Bilbao: Diputación Foral de Bizkaia, 1997. (Colección Monografías de pueblos de Bizkaia).

2.AHEB-BEHA, Parroquia de San Martín Obispo de Orozko – Albizu-Elexaga, Cuentas de la Ermita de Santa Catalina, 1766-1942, sign. 2984/002-01.

BFAH-AHFB, Administración de Bizkaia, Obras, transportes y comunicaciones, sign. AT 00627/012.

3. ARREGI AZPEITIA, 1987, vol. 2, pp. 506-507.

ARREGI AZPEITIA, Gurutzi. Ermitas de Bizkaia. Bilbao: Diputación Foral de Bizkaia / Instituto Labayru, 1987, 3 vols.

MOBILIARIO

Apenas hay datos sobre el amueblamiento antiguo de la ermita. Quizás hubiera algún mueble donde se situaba la titular (en 1767 se aludía a “la santa ymajen y su nicho en donde esta depositada”), aunque no se habla de retablo propiamente dicho hasta 1878, cuando se pagaron 46 reales por pintarlo4AHEB-BEHA, Parroquia de San Martín Obispo de Orozko - Albizu-Elexaga, Cuentas de la Ermita de Santa Catalina, 1766-1942, sign. 2984/002-01..

Escultura

 

Santa Catalina de Alejandría [13] (104 x 36 x 26). Madera. La corpulencia y generosidad de las telas, así como la caracterización de su rostro y cabellos, nos permite enmarcarla en los años finales del siglo XVI, en estilo romanista.

Metalistería

 

En la espadaña, campana [14]. Quizás la que hizo el maestro campanero bilbaíno Carlos de Benero en 1796, cobrando por ella 20 reales5Ibid..

Otros elementos

 

Cruz [15] (200 x 100 x 12). Madera. De gran tamaño, con palo y travesaño rectos, su especial valor es que está policromada y decorada con Arma Christi, instrumentos de la Pasión de Cristo (clavos, látigo, tenazas, corona de espinas, gallo, lanzas, dados, ect). La sencillez de la pieza, a la par que lo popular de los motivos decorativos, dificulta arriesgar una cronología, pero tal vez sea del siglo XIX.

Elementos custodiados en el depósito diocesano (orfebrería)

 

Cáliz [16] (22,8 x ø12,8 x ø8,4). Plata en su color y sobredorada. Presenta el típico perfil clasicista: pie redondo escalonado, gollete cilíndrico precediendo al nudo de jarrón con toro, cuello en talud y copa lisa con filete moldurado en la mitad. Lleva marcas del artífice (M / ALIPA / SAGA, Miguel de Alipazaga), orfebre bilbaíno cuya actividad se centró en el primer cuarto del siglo XVIII. Pese a estas fechas de trabajo, esta pieza perpetúa con gran fidelidad los modelos clasicistas del siglo XVII, de gran pervivencia durante la siguiente centuria.

Cáliz [17] (24,5 x ø12,8 x ø8,2). Plata sobredorada. De perfil bulboso, la copa, muy alargada, se decora con motivos grabados de hojas, flores y algún tondo para ces en simetría. Lleva marca AURORA. Sigue modelos franceses de mediados del siglo XIX.

Le acompaña su patena (ø13). Plata parcialmente dorada. Lisa y sin punzones.

JMGC – RCL

4. AHEB-BEHA, Parroquia de San Martín Obispo de Orozko – Albizu-Elexaga, Cuentas de la Ermita de Santa Catalina, 1766-1942, sign. 2984/002-01.

5. Ibid.