ERMITA (Santuario) DE NUESTRA SEÑORA

Alto Nervión

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Ugao-Miraballes

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Resumen (PDF)

Udiarraga 65 (48490)

p.sanbartolome.ugao@bizkeliza.org

Situada en un extremo del antiguo casco medieval de Ugao-Miraballes, Nuestra Señora de Udiarraga ha concitado siempre la devoción de su feligresía. Hasta el extremo de que su ermita fue trasladada desde un alejado emplazamiento inicial hasta las inmediaciones de la villa para facilitar su culto.

Un fervor popular que llevó a atribuir a la Virgen de Udiarraga milagros que iban incluso más allá de lo que la Iglesia estaba dispuesta a admitir. Como cuando en 1791 el visitador indicaba que

“en la sacristia se reconoció una pintura que representa un milagro que se dice haber hecho nuestra señora con una muger, la cual pintura se puso sin la correspondiente licencia ordinaria… sin manifestar el suceso que se refiere nada de milagro”,

por lo que ordenaba su inmediata retirada1BFAH-AHFB, Sección Municipal, Fondo Archivo Municipal de Ugao-Miraballes, Libro de cuentas presentadas por los mayordomos de la fábrica de la iglesia parroquial de San Bartolomé de la villa de Miravalles entre los años 1725-1792, sign. 0161/006. CIFUENTES PAZOS, 1993, p. 172..

Su titular es la patrona del municipio y su fiesta (8 de septiembre, la Natividad de Nuestra Señora) era celebrada con grandes actos religiosos y festivos, entre los que destacaba la opípara comida de los cofrades que fue descrita con sorpresa y admiración por algunos viajeros del siglo XIX2ARREGI AZPEITIA, 1987, vol. 2, p. 221-223. MUGURUTZA, 2019.. Sin embargo, aquellos usos y costumbres han ido desapareciendo, y en la actualidad prácticamente sólo se mantienen algunos actos religiosos y, eso sí, la comida de la cofradía, acompañada de otras actividades de carácter laico que se han ido sumando a los festejos.

Pero además de este valor devocional y festivo se trata de un edificio relevante desde un punto de vista histórico-artístico, por lo que en 2011 la ermita de Nuestra Señora de Udiarraga fue calificada por el Gobierno Vasco como Bien Cultural, con la categoría de Monumento3EHAA-BOPV, DECRETO 7/2011 de 18 de enero, por el que se califica como Bien Cultural, con la categoría de Monumento, la Ermita de Nuestra Señora de Udiarraga, en Ugao-Miraballes (Bizkaia)..

EDIFICIO [1]

Se formula en planta [2] de una nave de tres tramos más cabecera ochavada de cinco paños igual de ancha que aquellos y con unos moderados brazos de crucero al primer tramo. Al brazo del lado evangelio se añade un pequeño habitáculo moderno que sirve de sacristía.

Tuvo adosado a la cabecera un edificio de varios pisos que servía de sacristía al bajo y casa rectoral arriba, pero hace años fue derribado y sustituido por otro más bajo en el que se acogen diversas dependencias parroquiales.

El espacio [3] [4] interior es limpio, diáfano, perfectamente abarcable dadas las dimensiones del templo. El volumen [5] exterior, hoy prácticamente despejado de añadidos, transparenta perfectamente su estructura interna.

Hay que indicar que el templo está anómalamente orientado, ya que su eje principal discurre de sur a norte, buscando abrir la fachada principal hacia la calle histórica de la villa.

Por fuera se aprecia bien el aparejo [6] del edificio: mampuesto muy irregular con sillares en los esquinazos, en los enmarques de las ventanas y en los estribos y espadaña. Rematan sus paredes en una cornisa cóncavo convexa, en gola. En otro tiempo estuvieron revocados los muros exteriores, disimulando la modestia de la mampostería. Aún lo están las paredes interiores, incluso los elementos estructurales como las pilastras y los fajones. Hoy este raseo es liso, pero hasta hace algunas décadas fingía sillería que en la cabecera se transformaba en un aparente alicatado y un cielo estrellado [7].

El pavimento actual es de terrazo. Al eje se dibuja una rosa de los vientos [8], obra de 1926 4ACOB-KBGA, Expediente de obras sobre la restauración y arreglo del templo de la parroquia San Bartolomé Apóstol de Ugao Miraballes por las inundaciones del año 1983, 1983-1984, sign. D2- 0146/066.. El presbiterio se eleva ligeramente sobre la nave.

La estructura del edificio tiene fácil lectura tanto por dentro como por fuera. Allí los soportes son pilastras toscanas [9] que marcan los tramos en planta, y sobre ellas voltean fajones de medio punto que generan la bóveda. En cabecera, pies y ángulos de los brazos se utilizan mensulillas cilíndricas molduradas [10].

Al exterior aseguran este sistema unos contrafuertes [11] dispuestos entre los tramos segundo y tercero (de piedra caliza) y a los pies (caliza y arenisca). Son de sección rectangular, con un moderado zócalo y remate en talud avolutado cerca del nivel del tejado. Los de los pies, a paño con la fachada, recuerdan los que aparecen habitualmente en los flancos de los humilladeros, pero aquí con dimensiones más monumentales. Estos copian los que unas décadas antes trazó Juan Bautista de Ibarra en Ermitabarri (Zeberio).

Las bóvedas [12] son de lunetos, que en la cabecera [13] se hace de aristas, aunque por su concavidad simula casi una solución de vaídas.

El tejado [14] es a dos aguas con faldón delantero en la nave, que se amplía hasta cinco vertientes en la cabecera. En los brazos cae a un agua, a modo de tejavana.

La luz penetra por ventanas [15] adinteladas abiertas simétricamente a ambos lados en los paños de la cabecera, en todos los tramos y en los brazos de crucero. Sin apenas derrame, son escarzanas al interior [16].

En la parte baja de la fachada de los pies [17] hay otras dos ventanas adinteladas, similares a las descritas pero más reducidas, recercadas de placa lisa y con más esconce interior [18] [19]. Sus hierros son de anillas con panojas apenas dibujadas (una hacia arriba a la izquierda, doble a la derecha). En esta misma cara de poniente, arriba, abre un óculo de contorno abocelado y derrame cóncavo-convexo. Su cierre es de varales anillados que convergen a un aro central [20].

El acceso al templo se establece por dos pasos. El del lado de la epístola [21], al tramo segundo, es apenas utilizado. Es amplio, de dintel adovelado enmarcado en placa lisa que dibuja unas orejetas esquineras casi imperceptibles y con túnel escarzano abocinado especialmente en el dintel [22].

El ingreso practicable [23] [24], por su parte, es de similar conformación pero algo más grande. Se inscribe en la fachada de los pies [17], la parte que tiene más protagonismo orientada como está hacia el centro de la villa de Ugao-Miraballes.

Esta fachada es un rectángulo enmarcado por pilastras toscanas de moderado resalte sobre las que discurre un entablamento de listeles y gola, rematándolo todo la espadaña.

El coro [25] se ubica a los pies, a lo largo y ancho de casi todo el tramo zaguero. Presenta frente de tres secciones, la central mayor que las laterales, aquella en arco carpanel y éstas de medio punto. Apean en dos gruesos pilares facetados con capiteles toscanos y hacia los muros en sendas ménsulas de placa recortada adornadas con borlas [26], motivo que aparece también en la zona alta de la fachada, bajo los vanos de las campanas.

El piso es de madera y se accede a él por escalera claustral por el lado de poniente, igualmente lígnea. También son de madera los varales torneados del antepecho, repuestos en el XIX [27].

La sacristía [28] actual es un escaso habitáculo rectangular. Se ilumina mediante una ventana adintelada, reciente, y comunica con el brazo del lado evangelio a través de un acceso del mismo tipo [29]. Lo único reseñable de este espacio es la cornisa exterior en gola, como la general del edificio [30].

Hubo otra sacristía adosada a la cabecera, a la que se llegaba a través de una puerta adintelada en el ochavo de la epístola de la cabecera [31], que hoy da paso a las modernas dependencias parroquiales –como otra puerta abierta tardíamente a evangelio–.

La espadaña [32] arranca de un antepecho de recorrido sinuoso con pináculos abalaustrados a los extremos. Se ordena en dos cuerpos de dos y un vano de medio punto para alojar las campanas, con antepechos decorados con placas recortadas y flanqueados por pilastras lisas. El enlace entre ambos niveles es un entablamento moldurado con nuevos pináculos extremos. Remata todo en frontón triangular con su cruz y veleta de hierro.

El dinamismo general de este elemento se potencia aún más con el ágil ritmo sinuoso descendente del chapeado avolutado de los estribos, generándose una silueta muy movida, de marcado espíritu barroco y de gran protagonismo.

 

El santuario de la Virgen de Udiarraga se levantaba originalmente en medio de un sel –un espacio de pasto circular– en el monte del mismo nombre, “en despoblado y bastante distante de esta villa”. Sus restos fueron localizados y excavados en 2014, exhumándose la planta de un templo de unos 11 x 22 m., con muros de un grosor de 1,10-1,20 m., cabecera ochavada de tres paños y un pórtico a los pies [33] [34]. Carecía de pilares, columnas o contrafuertes exteriores, lo que hace suponer que su cubierta sería la habitual en las ermitas: una simple estructura de madera vista5SAGARDUY, 2015, pp. 247-248. ONDARTEZ, 2014. MARTÍN, 2014..

En cualquier caso, un edificio más grande de lo habitual para una ermita situada en un despoblado, alejada de cualquier núcleo poblacional. Lo que nos habla de la importancia de su culto.

La biografía de aquella primitiva ermita de Udiarraga ha sido trazada por Cifuentes Pazos y Larrea Beobide6CIFUENTES PAZOS y LARREA BEOBIDE, 1990. CIFUENTES PAZOS, 1993, pp. 164-168., aunque es más lo que sabemos de su mobiliario que de su arquitectura.

De ésta podemos decir que cuando en 1680 se construyó el actual retablo se aprovechó para renovar el suelo y gradas del presbiterio, enladrillar toda la nave, cegar los luceros aspillerados y abrir una ventana a mediodía y “otra ventana arqueada de piedra labrada… a espaldas de Nuestra Señora para que sirva de transparente”. Se hizo entonces “nueva torre de campana… sobre la ventana vieja” (posiblemente una espadaña) y se encachó el pórtico con “piedra pequeña de la ribera con sus labores de casco de teja” (es decir, canto de río enripiado con trozos de teja que formaban dibujos). Remataron las obras por 6.800 reales Juan de Larrea Urtecha, maestro cantero, y Juan de Elejalde, ambos vecinos de Ugao-Miraballes7Ibid..

Con posterioridad sólo hemos hallado el dato de un proyecto que, aunque no llegó a cuajar, nos parece interesante por su tipología: en 1747 el pintor bilbaíno Ramón de Villalón proyectó pintar el templo, hemos de suponer que con pinturas decorativas de cierta entidad, porque la propuesta fue rechazada por su elevado coste pese a que la ermita de Udiarraga nunca anduvo corta de fondos8Ibid., p. 165.. Tal vez Villalón planteara un pabellón acogiendo el retablo, como vemos en Etxano o en Gorozika.

Pero en 1775 aquel popular templo se hallaba en mal estado. Tanto que se decidió demoler para construir uno nuevo en el mismo lugar con arreglo a la traza dada por Antonio de Añíbarro, que fue también quien se llevó el remate de la obra.

Sin embargo, lo alejado y despoblado del lugar, unido a que las populosas celebraciones festivas daban lugar a “graves desonras y ofensas a Dios, y faltas de respeto a las justicias”, inclinaron al cabildo a trasladar la ermita a un lugar más próximo, cómodo y controlable: la misma villa de Ugao-Miraballes, en el punto hasta entonces ocupado por la ermita del Cristo. Se ubicaba además a la vera del nuevo camino a Orduña recién inaugurado, lo que hacía prever una mayor afluencia de fieles y con ello de ingresos. Y también se pretendía con el traslado acabar con las disputas con la vecina anteiglesia de Zeberio, que reclama la jurisdicción sobre la ermita.

Añíbarro entonces renunció a la ejecución de la obra y hubo de repetirse el remate. Se hicieron nuevas trazas, firmadas por el polifacético Juan de Iturburu, con un presupuesto bastante elevado: 70.000 reales. Sorprendentemente, el tracista prácticamente repitió las dimensiones de la ermita anterior.

La subasta de la obra se retrasó hasta 1778, entre otras razones porque antes hubo que hacer un informe certificando que en el lugar de la antigua ermita no había noticia de apariciones de la Virgen, por lo que no había impedimento en el traslado del edificio. Se llevó el remate Martín de Zabala, vecino de Zenarrutza (Ziortza-Bolibar), que pujó a la baja 65.500 reales.

Le ayudarían en la obra Pedro de Aldana, de Bilbao, y Simón de Insaurbe, de Durango. Hizo el peritaje Iturburu en diciembre de 1779, destacando el buen acabado, la riqueza de los materiales utilizados a pesar del bajo presupuesto y las mejoras introducidas en la obra (óculo de los pies, canalización de aguas en tejados y trabajos de carpintería y yesería), por lo que propuso añadir 1.415 reales al coste de la obra, lo que fue aceptado por el cabildo.

Al año siguiente, 1780, se entronizaba la imagen de la Virgen en el retablo, dándose por terminada la ermita 9CIFUENTES PAZOS y LARREA BEOBIDE, 1990, pp. 11-15. CIFUENTES PAZOS, 1993, pp. 168-172. BARRIO LOZA, sf 1..

Desde entonces apenas ha conocido reformas de importancia el templo. Quizás lo más destacable fuera la renovación de la balaustrada del coro, que parece del XIX, y el suelo cambiado en 1926.

La de Nuestra Señora de Udiarraga es una importante ermita-santuario, de tamaño considerable, de rango de templo parroquial. Su fábrica por el interior se atiene a la severidad propia de la arquitectura vizcaína del siglo XVIII. Pero al exterior, en la fachada, la parte más pública del edificio, se hace presente el espíritu del barroco movido, que en la espadaña triunfa claramente.

1. BFAH-AHFB, Sección Municipal, Fondo Archivo Municipal de Ugao-Miraballes, Libro de cuentas presentadas por los mayordomos de la fábrica de la iglesia parroquial de San Bartolomé de la villa de Miravalles entre los años 1725-1792, sign. 0161/006.

CIFUENTES PAZOS, 1993, p. 172.

CIFUENTES PAZOS, José Manuel. Ugao-Miraballes. Estudio histórico-artístico. Bilbao: Diputación Foral de Bizkaia, 1993. (Colección Monografías de pueblos de Bizkaia).

2. ARREGI AZPEITIA, 1987, vol. 2, p. 221-223.

ARREGI AZPEITIA, Gurutzi. Ermitas de Bizkaia. Bilbao: Diputación Foral de Bizkaia / Instituto Labayru, 1987, 3 vols.

MUGURUTZA, 2019.

MUGURUTZA, Félix. “A los de Ugao se les fue la olla”. En El arca de no sé. 2019. https://blogs.deia.eus/arca-de-no-se/2019/09/04/a-los-de-ugao-se-les-fue-la-olla/ (consultado el 6-3-2024).

3. EHAA-BOPV, DECRETO 7/2011 de 18 de enero, por el que se califica como Bien Cultural, con la categoría de Monumento, la Ermita de Nuestra Señora de Udiarraga, en Ugao-Miraballes (Bizkaia).

4. ACOB-KBGA, Expediente de obras sobre la restauración y arreglo del templo de la parroquia San Bartolomé Apóstol de Ugao Miraballes por las inundaciones del año 1983, 1983-1984, sign. D2- 0146/066.

5. SAGARDUY, 2015, pp. 247-248.

SAGARDUY, Mª José: “Ermita de Nuestra Señora de Udiarraga”. En Arkeoikuska 2014. Investigación arqueológica. Vitoria-Gasteiz: Gobierno Vasco – Departamento de Educación, Política Lingüística y Cultura – Dirección de Patrimonio Cultural, 2015, pp. 247-248. Disponible en https://www.euskadi.eus/publicaciones-patrimonio-cultural/web01-a2kulonz/es/

ONDARTEZ, 2014.

ONDARTEZ. “Ermita Nuestra Señora de Udiarraga”. En https://ondartez.es/portfolio/ermita-nuestra-senora-de-udiarraga/

MARTÍN, 2014.

MARTÍN, Susana. “Descubren en Ugao restos del santuario de Udiarraga”. En Deia, 8-10-2014. Disponible en https://www.deia.eus/bizkaia/2014/10/08/descubren-ugao-restos-santuario-udiarraga-5189858.html

6. CIFUENTES PAZOS y LARREA BEOBIDE, 1990.

CIFUENTES PAZOS, José Manuel, y LARREA BEOBIDE, Ángel. El Santuario de Nuestra Señora de Udiarraga. Bilbao: Bilbao Bizkaia Kutxa, 1990.

CIFUENTES PAZOS, 1993, pp. 164-168.

CIFUENTES PAZOS, José Manuel. Ugao-Miraballes. Estudio histórico-artístico. Bilbao: Diputación Foral de Bizkaia, 1993. (Colección Monografías de pueblos de Bizkaia).

7. Ibid.

8. Ibid., p. 165.

9. CIFUENTES PAZOS y LARREA BEOBIDE, 1990, pp. 11-15.

CIFUENTES PAZOS, José Manuel, y LARREA BEOBIDE, Ángel. El Santuario de Nuestra Señora de Udiarraga. Bilbao: Bilbao Bizkaia Kutxa, 1990.

CIFUENTES PAZOS, 1993, pp. 168-172.

CIFUENTES PAZOS, José Manuel. Ugao-Miraballes. Estudio histórico-artístico. Bilbao: Diputación Foral de Bizkaia, 1993. (Colección Monografías de pueblos de Bizkaia).

BARRIO LOZA, sf 1.

BARRIO LOZA, José Ángel. “Santuario de Nuestra Señora de Udiarraga (Ugao–Miraballes)”. Bilbao: Departamento de Cultura de la Diputación Foral de Bizkaia, sf 1. (Colección Patrimonio Histórico de Bizkaia). Disponible en https://www.bizkaia.eus/kultura/ondarea_bizkaia/pdf/ondare/109%20c.pdf?hash=a02c171caa4eafe6e27d2275f7c85b72

MOBILIARIO

Es probable que la renovación de la ermita en 1775-1780 supusiera la pérdida de algunos muebles del antiguo edificio. No así la del retablo mayor, que se trasladó a la nueva ubicación.

Hubo, sin embargo, retablos anteriores. El sagrario y el Cristo crucificado del ático parecen renacentistas de mediados del siglo XVI. Y más tarde, en 1581, el entallador Guillermo del Puerto se comprometía a hacer un nuevo retablo por el que cobró 30 ducados tras el peritaje del escultor Juan Pérez de Gorrio. Algunos años después, entre 1588 y 1597, el pintor Juan Ochoa de Madariaga lo policromó y doró, a la vez que la imagen titular y alguna otra talla, cobrando por ello 100 ducados (más del triple que el retablista).

Pero inmediatamente requirió aquella máquina alguna reforma importante, ya que en 1597-1599 Bartolomé del Puerto, maestro arquitecto vecino del mismo Ugao-Miraballes, intervenía en una parte del retablo, y en 1602 el pintor Juan de Barreneche se ocupa de policromía y dorado. Actuó como “averiguador” (perito tasador) el pintor Francisco de Mendieta, uno de los más ilustres artistas de la Bizkaia del momento.

En 1601 ordenaba el visitador hacer sendas tallas de Santa Ana y San José para el retablo, ambas desaparecidas.

También desapareció –robada en 1667– la lámpara de plata “de mucha estimación y valor” mandada desde américa por el capitán Juan Bautista de Uribiarte y Severicha10CIFUENTES PAZOS y LARREA BEOBIDE, 1990, p. 8. CIFUENTES PAZOS, 1993, p. 165..

Pese a estas pérdidas la ermita de Udiarraga ha conservado una importante colección de elementos muebles.

Retablística

 

El retablo mayor [35] ocupa toda la altura y anchura del paño central de la cabecera. Es una máquina arquitectónica en madera dorada y policromada en los habituales rojo y verde barrocos sobre un fondo general dorado. Se organiza en tres calles con zócalo, banco, un cuerpo y ático.

El zócalo [36] es doble. Abajo, desde el suelo, una base de piedra caliza con su frente resaltado mediante tableros, adelantándose en los extremos en plintos que sustentan los ejes exteriores del mueble. Esta base falta en el centro, donde habría hasta el Concilio Vaticano II una desaparecida mesa de altar.

Una moldura toscana da paso al segundo nivel del zócalo, un sistema de paneles de madera cajeados, marmoreados en ocre. La parte central es también una reposición postvaticana.

En el cuerpo [37] la definición de las calles es mediante columnas salomónicas de espiras de ritmo contrapuesto, recorridas por vides. Hay una a cada extremo, enmarcando el conjunto, mientras al centro se agrupan por parejas, las dos más centrales adelantándose ligeramente para reforzar el protagonismo de la calle principal. Por debajo, en el banco, las columnas interiores descansan en ménsulas botánicas y las exteriores en netos decorados también con vegetales que descienden directamente sobre los plintos adelantados del zócalo. En los entrepaños entre ménsulas y netos van roleos de hojarasca en las calles laterales, mientras el centro lo ocupa la caja del sagrario, recta, enmarcada en volutas.

Las casas del cuerpo combinan los dinteles en las laterales con el medio punto en la mayor. Esta última presenta marco exterior de grumos vegetales que se quiebra en estrechas orejetas arriba, no respetando la distribución horizontal del mueble al romper la cornisa y enlazar directamente con el ático a través de una voluminosa placa botánica. Más profunda que las otras, conforma un camarín (accesible desde las dependencias exteriores). Su túnel se decora con cajeados que en la rosca más exterior presenta florones y a la arista ovas, motivos que se repiten por todo el retablo.

Las hornacinas laterales son adinteladas, con marcos nuevamente de grumos y repitiendo las orejetas, que dejan arriba un tambanillo con una carnosa tarjeta de hojas. Su intradós es de voluminosas y jugosas flores.

Un entablamento a base de roleos vegetales, canecillos acostillados y ovas da paso al ático [38]. Éste es de una sola calle, enmarcada en pares de pilastras recorridas por sartas de frutas y aletones espirales a los lados. El remate es, de nuevo, un tarjetón de gruesas hojas que roza la bóveda de la ermita.

Además, sobre la vertical de las columnas externas del retablo se alzan sendos escudos en madera policromada, el de la izquierda [39] cuartelado en cruz con las armas de Castilla y León más escusón del Señorío de Bizkaia, y el de la derecha [40] un campo donde aparecen una torre y un árbol raigado, probablemente el primitivo escudo de la villa que aparece aquí por su condición de patrona del templo11CIFUENTES PAZOS, 1993, pp. 176. GARCÍA URIBE y GONZÁLEZ SÁNCHEZ, 2018, pp. 14-15. YBARRA y BERGÉ, 1967, vol. IV-1, pp. 173-174..

Como decíamos este retablo procede de la anterior ermita, desde donde fue trasladado a la actual cuando ya contaba con casi un siglo de existencia. En efecto, fue trazado en 1680 por Juan Alonso de Viadero y construido por él mismo y Pedro de Láinz Mazo, ambos maestros arquitectos de retablos, vecinos respectivamente de Isla y de Ajo, en las Siete Villas (Cantabria). Terminaron su trabajo en 1681, cobrando por él 3.000 reales –aparte de la traza y la instalación–12CIFUENTES PAZOS, 1993, pp. 166, 175-176. ZORROZUA SANTISTEBAN, 1998, pp. 264-265.. No tenemos datos sin embargo de la autoría de la policromía, que es de la época.

Es un mueble muy característico del último cuarto del siglo XVII, y uno de los que marcan el arranque del estilo churrigueresco en Bizkaia. Representativo además del buen hacer de los artífices cántabros en este territorio. Muy homogéneo, incluida su brillante policromía, resulta muy plástico gracias a su profusa y abultada decoración vegetal, que sin embargo no llega a enmascarar la arquitectura del conjunto13ZORROZUA SANTISTEBAN, 1998, pp. 264-265..

Si la mazonería es unitaria, no sucede lo mismo con la imaginería, que tiene diversas procedencias. La titular es una pequeña Andra Mari (Virgen) [41] (62 x 25,5 x 18) gótica de la segunda mitad del siglo XIV, rehecha, varias veces restaurada y maquillada, que aparece hoy en actitud recogida con las manos juntas al centro, sin el preceptivo Niño. A pesar de todo es una imagen interesante, aunque común dentro de Bizkaia. Lleva corona [42] (9,5 x ø11 x ø16) de plata, del primer cuarto del siglo XVIII14CILLA LÓPEZ, 2022, vol. 1, p. 346, vol. 2, nº621..

El Cristo crucificado [43] del ático será reaprovechado de algún retablo de mediados del siglo XVI. Es una buena imagen renacentista, de anatomía apurada, expresión adecuada y paño de pureza recogido entre las piernas. Tras él se pinta una Jerusalén que, como los peñascos que hay a sus pies, fue realizada en 1680-1681.

Las otras dos figuras, un San José con el Niño [44] (113 x 45 x 30, con peana) y un San Antonio de Padua [45] (115 x 46 x 27, con peana), son esculturas de la misma época que el retablo, correctas en su languidez de expresión y fluir de paños, que ya han abandonado el acartonamiento propio del segundo tercio del siglo XVII. Ambas figuras debían ejecutarse siguiendo las ilustraciones de un libro que poseía el cura de la villa, titulado Antorcha espiritual, si bien parece que los escultores interpretaron con bastante libertad el modelo [46]. Sus peanas, así como la de la Andra Mari, decoradas con carnosa hojarasca, fueron también realizadas al tiempo del retablo.

Por su parte el sagrario [47], plano entre pilastrillas jónicas, en su puerta en medio punto acoge un relieve con la habitual escena de la Resurrección y en las enjutas unos angelitos sustentando la corona de espinas. Muy empastada por un horrible repinte, es pieza renacentista reaprovechada, quizás del mismo retablo del que procederá el Cristo Crucificado del ático.

Los retablos colaterales del Sagrado Corazón de Jesús [48] y de la Virgen del Carmen [49] se ubican en los brazos del crucero. Son iguales entre sí, incluidas las mesas de altar, en madera marmorizada en diferentes colores y con la abundante decoración dorada.

Se ordenan en banco y un cuerpo con remate triangular, todo para una única calle entre pilastras compuestas que caen sobre plintos en el banco. La casa, de fondo semicircular y remate en medio punto, se define por pilastrillas jónicas sobre ménsulas y en la rosca zapata central. Cajeados, roleos y guirnaldas rellenan los laterales y enjutas, así como los netos del banco. Un entablamento con vegetales da paso a un frontón triangular muy decorado con dentículos, canecillos y motivos vagamente vegetales. Arriba, marcando los ejes de las dos pilastras laterales, sendos flámeros. Y al remate cruz.

Las mesas de altar son coetáneas, con frente entre pilastras acanaladas y al centro escusones para símbolos de los titulares.

Son dos correctas estructuras neoclásicas tardías, de 1865-1875, que recuerdan retablos diseñados por Pedro de Belaunzaran, como los de Ajangiz o Bermeo.

Los titulares, Sagrado Corazón de Jesús (155 x 38 x 30) y Virgen del Carmen (155 x 38 x 30), son tallas de la misma cronología o incluso algo más modernas. Ella lleva corona de plata marcada por Meneses, de Madrid15CIFUENTES PAZOS, 1993, p. 176. ZORROZUA SANTISTEBAN, 2003, p. 170..

Orfebrería

 

Como ya se ha indicado, la titular luce una corona [42] (9,5 x ø11 x ø16). Plata en su color. Su aro va decorado con espejos ovales y romboidales sobre fajas de enmarque punteadas, con la crestería recortada de vegetales y más espejos. Pieza discreta del primer cuarto del siglo XVIII16CILLA LÓPEZ, 2022, vol. 1, p. 346, vol. 2, nº621..

Metalisteria

 

A los pies del presbiterio, tres campanas, las tres de bronce, esquilonadas, que ocuparían anteriormente los vanos de la espadaña.

La primera de ellas [50] (53 x ø47) va decorada arriba con flecos y abajo con un zigzag. Lleva inscripción: AÑO DE 1882 UDIARRAGA. Costó 250 reales17AHEB-BEHA, San Bartolomé Apóstol de Ugao-Miraballes, Cuentas de la Ermita de Udiarraga de la parroquia de San Bartolomé Apóstol... 1882-1928, sign. 2665/002-00..

La segunda [51] (32 x ø26), más pequeña y sencilla, carece de inscripciones.

Por fin la tercera [52] (57 x ø48) está decorada arriba con flecos y abajo con Gólgota. Lleva inscripción: AÑO 1890 SANTA MARIA ORA PRONOBIS. Tiene dos agujeros, al parecer producidos por disparos durante la Guerra Civil.

En la espadaña hay otras tres campanas, hoy inaccesibles. Sustituyen a las anteriores, por lo que las suponemos recientes.

En la espadaña, cruz-veleta [53]. Hierro forjado. De brazos anillados con peras ahusadas y remates flameantes, con ces contrapuestas en la parte inferior. Barroca, 1778-1779.

Herrajes de las puertas [54] [55]. Hierro forjado. Pernios alanceolados y bocallave recortada (en la puerta de los pies). Serán del momento de la construcción del templo, 1778-1779

Otros elementos

 

En la sacristía, pequeño capitel [56] (15,5 x ø24) de orden compuesto. Madera policromada. Barroco, será de hacia 1700, resto de algún retablo desaparecido.

En la sacristía, armario [57] (188 x 138 x 63). Madera tallada. De doble puerta y abajo cuerpo de dos cajones, se decora profusamente en sus tres caras visibles. Puertas y cajones son para cuarterones con cuatrifolias, y los espacios perimetrales son series de esquemáticas hojas entre líneas de gubiazos. Magnífico mueble barroco, a caballo entre lo popular y lo culto, que será de fines del XVIII.

Montante central de la puerta lateral [55]. Madera. Bastante perdido y empastado por repintes, se decora con huellas de gubia y capitelillo jónico, similares a las del armario de la sacristía. Será del momento de la construcción del templo, 1778-1779.

Elementos de interés etnográfico

 

En el presbiterio, estandarte[58] (82 x 56). Seda bordada con decoración vegetal, al anverso imagen de la Virgen con inscripción (N S DE UDIARRAGA 1892) y al reverso su anagrama.

Elementos depositados en la parroquia de San Bartolomé

 

En el coro, Cristo crucificado [59] (77 x 53 x 15; con cruz 139 x 67 x 15). De papelón. Figura de anatomía adelgazada propia del barroco del siglo XVIII.

En el coro, San Roque [60] (106 x 35 x 26). Obra muy correcta de hacia 1900.

Elementos depositados en el Museo de Arte Sacro

 

Imagen de San Francisco [61] (161 x 47 x 47). Madera policromada. Principios del siglo XX.

JMGC – RCL

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