IGLESIA DE SAN BARTOLOMÉ APÓSTOL
Alto Nervión
Orozko | Bº Olarte
Resumen (PDF)
Olarte (48410)
p.sanbartolome.orozko@bizkeliza.org
Como es lógico en un templo de estas dimensiones, su espacio interior [4] [5]es limpio, homogéneo. Y el volumen exterior [6] apenas aparece distorsionado más que por ese baptisterio.
La fábrica se apareja en mampuesto someramente trabajado, aunque sin llegar a merecer el nombre de sillarejo, todo muy recogido por el mortero al exterior. Pero en los esquinales y en toda la fachada principal, incluida la espadaña, se aplica sillería caliza gris.
Al interior el material aparece visto, aunque como es habitual estuvo raseado y pintado. De hecho, en 1829 se encargaba al dorador Antonio de Ruigómez “pintar un pabellon que lo circunde (al retablo mayor)”; es decir, crear un trampantojo, posiblemente simulando telas colgantes, en el testero de la iglesia1AHEB-BEHA, Parroquia de San Bartolomé Apóstol de Olarte – Orozko, Cuentas, inventarios y visitas, 1738-1905, sign. 2999/001-00; Papeles varios, sign. 3001/000-03..
Como hemos indicado en la cabecera los muros son más gruesos en su parte baja, adelgazando su espesor mediante dos dejas al ganar altura. Las esquinas delanteras de este presbiterio se refuerzan con un plinto y rematan sus ángulos en un bocel [7].
Recorren los laterales de esa cabecera sendos bancos corridos de mampostería, añadidos en la última intervención importante en el templo, en 1986-1987.
Hay en los muros algunas hornacinas. La más importante –en realidad un arcosolio– [8] se sitúa en el muro epístola (sur), inmediata a la cabecera. Es un arco escarzano que acoge el sepulcro de los Olarte, linaje que detentó el patronato del templo desde la Edad Media.
Otra, en el testero, cuadrangular y con su perímetro rebajado para ajustar una desaparecida puerta, sirve hoy para acomodar el sagrario [9].
Dos más se excavan a los lados de la cabecera, para imágenes. Fueron realizadas en 1986-1987.
El pavimento es de madera en las nave y enlosado en el presbiterio, que se eleva mediante un par de gradas. Todo renovado también en 1986-1987.
Los soportes [10] de la cubierta son una doble hilada de canes. Los de la inferior moldurados en convexo-cóncavo y con frente liso; los de arriba en un sencillo cuarto de bocel.
En la cabecera las ménsulas son diferentes, hemiesféricas las del arco triunfal [11], reducidas a la mitad las de los ángulos [12].
Sobre estos modillones apea la cubierta. En el ábside [13] es una bóveda de madera estrellada de cuatro puntas, con terceletes y ligaduras en sentido del eje del templo, todo complementado con unos breves cañones a modo de arcos formeros en las partes pegantes a los muros laterales. Conserva claves en el centro y los polos, y una más en la ligadura hacia la nave. Dos de ellas presentan tallados en sendos postizos los escudos de los Olarte [14]: dos lobos pasantes sobre árbol raigado y bordura de sotuer (reborde de aspas) que indican que un miembro del linaje participó presuntamente en la toma de Baeza en 12272YBARRA Y BERGÉ, 1967, vol. 3, pp. 304-305.. La tercera [15], al centro, repite en su primer cuartel el mismo blasón, pero en los restantes presenta otros cuya filiación desconocemos: lobo pasante ante árbol floirdelisado, castillo con dos lobos encadenados y dos lobos rampantes a árbol que en su copa tiene un nido de aves; al centro preside un quinto escudo, el de Orozko –que es el mismo de Bizkaia–.
La plementería es de tablas dispuestas en espina de pez y perforadas por pequeños orificios por los que penetraba y se fijaba la argamasa que la cubría, y que luego sería policromada como sucede en Goikiria o en Zaloa, en el mismo municipio.
En la nave lo que hoy vemos es una vistosa armadura de madera, que en realidad es el soporte de dos sucesivas cubiertas hoy desaparecidas. Primero hubo una estructura vista formada por cuatro cerchas, con sus tirantes reforzados por jabalcones [16] decorados con diamantes y estrías y apeados en durmientes con la misma decoración que descansan a su vez en la línea superior de canes. Pero más tarde esta solución fue cambiada por una bóveda de medio cañón definida por ocho nervios fajones con claves centrales, que apoyaban sobre las ménsulas inferiores, cerrándose los paños con tabla y quedando parcialmente vistas las viejas cerchas –igual que sucede en la ya mencionada iglesia de Zaloa–. Retirada la plementería en 1987, hoy sólo nos quedan sus estructuras3SANTANA EZKERRA y BARRIO LOZA, 1996, pp. 200-201, 244..
El tejado es a tres vertientes, con el faldón hacia la cabecera.
La luz penetra en el templo por varias ventanas. Dos, apuntadas, se abren a los lados del presbiterio [17]. Con marco exterior de sillería pero en mampuesto por dentro, fueron perforadas en 1895. Pero hay otras tres más, sin uso, en este mismo ambiente de la capilla mayor. Dos, parcialmente tapadas por la bóveda, están cegadas [4] y, por lo que se aprecia por fuera [18], apenas fueron aspilleras de poca luz. La otra [19], recuperada tras desmontar el retablo mayor, es una saetera apuntada enmarcada por jambas aboceladas; al exterior queda oculta por la sacristía.
Aún hay otra ventana [1], adintelada por fuera y en ligero derrame y escarzana por dentro[20], al eje de la fachada principal, sobre el coro.
Y finalmente el típico vano de asiento gótico-renacentista [21] habitual en las iglesias del territorio, con sus dos luces apuntadas separadas por un mainel facetado con tallas de cabezas de clavo hacia el interior y capitelito poligonal [22] y un antepecho monolítico sólo apreciable bajo el pórtico.
Al centro de la nave, por el lado de Mediodía, se abre el acceso [23] del templo de uso habitual. Es apuntado, de dos arquivoltas lisas sobre impostas biseladas que en el nivel de las jambas acogen un par de columnas decoradas con capitel [24] de grandes hojas lisas y voluta al eje, propio todo ello de la fase cisterciense del estilo románico. Al interior [25] es, como es habitual, escarzano y conserva los quicios y tranquera.
A sus lados se disponen sendas aguabenditeras. A la derecha [26] una semiesférica con la boca abocelada, de arenisca dorada, un modelo bastante atemporal. La de la izquierda [27] es un vaso de borde también abocelado y encima placa para cruz sobre Gólgota, todo en caliza negra de Mañaria, que será de fines del siglo XIX.
El otro ingreso [28], a los pies, es un gran paso en medio punto de dovelas de gran radio, con la rosca y las jambas recorridas por un par de bocelillos. El extradós lo define una chambrana perdida en más de la mitad, aparatosa, con bases de ménsulas de vaso poligonales y en su concavidad cinco figuras humanas sumamente rudimentarias [29] [30]. Son figuras de muy difícil identificación, acaso algún ángel, músico, caballero… Una vez más el interior es escarzano con sus quicios.
El coro [5] [31] de la iglesia es de madera, y descansa sobre una considerable viga sin pies derechos ni jabalcones auxiliares. El antepecho es otra gran viga, y se cierra con balaustres torneados que recuerdan modelos del XVII, aunque en este caso serán del XIX. Pero el varal principal [32], al centro, es pieza sencillamente facetada que tal vez pueda remontarse a los primeros años del XVI.
Se accede a este coro por escalera claustral lígnea en el ángulo suroeste.
La sacristía [33] prolonga el eje del templo por detrás de la cabecera, aunque rebasando ligeramente su anchura al sur. Se comunica con la iglesia por una puerta [4] abierta en el presbiterio, adintelada. Es un espacio amplio [34], hoy dividido en dos estancias. Se cubre con cielo raso y se ilumina por tres ventanas de túnel de cuerpo entero cerradas con barrotes de hierro de nudo cúbico neoclásico y otra más sencilla hacia el norte.
Su suelo está a la altura del presbiterio, pero aprovechando el desnivel del terreno por ese lado se ha habilitado un sótano –hoy sin uso– al que se accede a través de un par de puertas adintelada abiertas en los extremos.
El hastial de los pies remata en la espadaña [1] [35]. Es de dos cuerpos, de dos y un vano de medio punto, los inferiores –que parecen haber sido reducidos– sobre capiteles de placa lisa. Remata en triángulo con unos toscos pináculos para bolas en los extremos, que se repiten en los hombros de la fachada. Arriba cruz-veleta.
El pórtico afecta a la parte de los pies y a todo el flanco de mediodía. En éste [36] la tejavana apea en canes en la pared y al exterior en pilares de madera sobre murete enchapado y dotado de banco corrido, banco que se dispone también en la pared de la iglesia. Al oeste [37] siguen los canes, pero los pies derechos caen a poyos de piedra. Estos pilares [38] tienen las aristas matadas y en algunos casos se refuerzan con jabalcones que presentan unas sencillas volutas que parecen llevarnos hasta el siglo XVII4BARRIO LOZA, sf 2..
La solera [39] es un encachado distribuido en largos carrejos donde se dibujan elementales figuras geométricas, círculos con radios y con hexapétalas inscritas, etc. Está un tanto deteriorado, habiéndose enlosado ya de antiguo algunas partes.
Como se ha indicado, al norte se adosa al templo una pequeña estancia [6]. Fue el osario, hasta que en 1926 se trasladaron los restos allí contenidos al cercano cementerio y este espacio se convirtió en el baptisterio5AHEB-BEHA, Parroquia de San Bartolomé Apóstol de Olarte – Orozko, Papeles varios, sign. 3002/000-03.. Hoy no es más que un almacén al que se accede por un paso en arco mitral [40].
De todo lo descrito se puede deducir que la iglesia de Olarte es el resultado de diversas reformas y añadidos a un núcleo original.
Al románico final corresponderá la cabecera, a juzgar por la portada sur y tal vez la ventana6BARRIO LOZA, 1979, pp. 73-74. BARAÑANO LETAMENDIA, Kosme María, y GONZÁLEZ DE DURANA ISUSI, 1983, p. 81. LÓPEZ DOMECH, 1985, p. 37. BARRIO LOZA, 1989-1991, vol. 1, pp. 456. GARCÍA GUINEA y PÉREZ GONZÁLEZ, 2011, vol. 3, pp. 1274..
Aquel templo medieval debió rehacerse y ampliarse hacia los pies a principios del XVI, período al que corresponden la ventana del coro, aún gótica, y el ingreso oeste, ya renacentista –aunque algunos autores lo han considerado también románico–7 BARAÑANO LETAMENDIA, Kosme María, y GONZÁLEZ DE DURANA ISUSI, 1983, p. 118, 129.. Entonces, hacia 1520, se abovedaría el presbiterio y se instalaría la primera cubierta de la nave, la armadura vista basada en cuatro cerchas8SANTANA EZKERRA y BARRIO LOZA, 1996, pp. 200-201, 244..
Pero apenas medio siglo después, hacia 1560-1570, se montó el nuevo abovedamiento basado en los fajones9Ibid..
Con posterioridad son constantes las noticias sobre arreglos en la sacristía, la torre (sic), el pórtico e incluso las bóvedas, aunque por las cifras invertidas y a tenor de los documentos más parece que se trataba de constantes tareas de mantenimiento, sin que las posibilidades económicas del modesto templo y la escasa generosidad de los patrones permitieran hacer obras de envergadura. Relacionados con estos últimos, los escudos tallados en las claves del presbiterio serían colocados durante el primer tercio del XVII.
Lo cierto es que no parece que la iglesia haya conocido transformaciones de importancia. Tan sólo podemos destacar la construcción de la espadaña (terminada en 1742) y la sacristía (1850, sobre proyecto del maestro de obras local Domingo de Meaza, con participación de Antonio de Gorostiaga y Tiburcio de Alcain), en ambos casos sucesoras de otras previas, y en 1895 la apertura de las ventanas del ábside por el cantero Víctor Barrondo siguiendo proyecto del maestro de obras Bartolomé de Alcibar, obras a las que podemos añadir la transformación del osario en baptisterio, con al apertura de su paso en arco mitral10AHEB-BEHA, Parroquia de San Bartolomé Apóstol de Olarte – Orozko, Cuentas, inventarios y visitas, 1738-1905, sign. 2999/001-00; Papeles varios, sign. 3002/000-02; Papeles varios, sign. 3001/000-03. CONDE FUENTE, 1997, p. 225..
Para terminar, en 1986-1987 se llevó a cabo una intensa puesta a punto del templo durante la que, lamentablemente, se desmontó la bóveda de madera de la nave.
Precisamente lo más interesante de San Bartolomé de Olarte es el sistema de cubrición. El abovedamiento en madera no resulta extraño en Bizkaia, pero la opción del cañón reforzado con fajones curvados queda bastante restringido a la zona de Orozko, donde aparece también en Zaloa y Goikouria. Es una curiosa transcripción popular de soluciones cultas, y como tal debe apreciarse11SANTANA EZKERRA y BARRIO LOZA, 1996, passim..
2. YBARRA Y BERGÉ, 1967, vol. 3, pp. 304-305.
3. SANTANA EZKERRA y BARRIO LOZA, 1996, pp. 200-201, 244.
4. BARRIO LOZA, sf 2.
6. BARRIO LOZA, 1979, pp. 73-74.
BARAÑANO LETAMENDIA, Kosme María, y GONZÁLEZ DE DURANA ISUSI, 1983, p. 81.
LÓPEZ DOMECH, 1985, p. 37.
BARRIO LOZA, 1989-1991, vol. 1, pp. 456.
GARCÍA GUINEA y PÉREZ GONZÁLEZ, 2011, vol. 3, pp. 1274.
7. BARAÑANO LETAMENDIA, Kosme María, y GONZÁLEZ DE DURANA ISUSI, 1983, p. 118, 129.
8. SANTANA EZKERRA y BARRIO LOZA, 1996, pp. 200-201, 244.
CONDE FUENTE, 1997, p. 225.
11. SANTANA EZKERRA y BARRIO LOZA, 1996, passim.
MOBILIARIO
Retablística
Hoy no hay retablos en San Bartolomé de Olarte, pero sabemos que un retablo mayor se montaba en 1564, siendo obra del entallador Martín de Ibaizabal12AHEB-BEHA, Parroquia de San Bartolomé Apóstol de Olarte – Orozko, Papeles varios, fols. 63-64.. Más tarde fue sustituido por otro barroco, que policromarían en 1829 Manuel de Casanueva y Antonio de Ruigómez, cobrando por ello 3.000 reales13AHEB-BEHA, Parroquia de San Bartolomé Apóstol de Olarte – Orozko, Cuentas, inventarios y visitas, 1738-1905, sign. 2999/001-00; Papeles varios, sign. 3001/000-03..
Si nos detenemos brevemente en este elemento ya desaparecido es porque la documentación nos aporta un interesante dato sobre la evolución –y la recepción– de los estilos artísticos en nuestro territorio. En 1829 se decía a Ruigómez que al policromarlo “se quitará la talla sobrante que tiene dicho retablo, quedando solo lo preciso ymitando a las obras modernas de Arquitectura, dejando las colunas redondas sin hastria ninguna”14AHEB-BEHA, Parroquia de San Bartolomé Apóstol de Olarte – Orozko, Papeles varios, sign. 3002/000-03..
Es decir, se le pedía que convirtiese el retablo barroco en uno neoclásico, eliminando la decoración barroca. Lamentablemente no conservamos la obra, que quizás nos permitiría apreciar con detalle lo realizado en 1829.
Escultura
En el arcosolio de los Olarte, grupo de La Piedad [41] (98 x 106 x 24). Madera policromada. De composición agitada, patente tanto en las telas como en las poses y gestualidad de los personajes, muestra a María que recibe en su regazo a Cristo tras su apeo de la Cruz, y a ellos acompañan la Magdalena y San Juan. Todo muy plástico, con gusto por el detalle y una vibrante policromía. Obra renacentista, salida del taller bilbaíno de los Beaugrant –probablemente de la mano de Juan de Beaugrant– entre 1554 y 1559. Estuvo encajada en un retablo colateral, ante un fondo pintado en el que se representaba la Cruz15AHEB-BEHA, Parroquia de San Bartolomé Apóstol de Olarte – Orozko, Papeles varios, fol. 65. LIZARRALDE, 1934, p. 120. YBARRA y BERGÉ, p. 546. BARRIO LOZA, 1984, pp. 103-104..
En la cabecera, Cristo crucificado [42] (53 x 42 x 12). Madera policromada. Con una anatomía recia y gesto interiorizado, lo más vistoso es el perizoma que se abulta y pliega en amplias vueltas. Romanista, de finales del siglo XVI.
También en el testero, San Bartolomé [43] (118 x 45 x 34). Madera policromada. Es imagen de rostro expresivo, enmarcado por barbas cortas y cabellos rizados y con anatomía rotunda, características que remiten al romanismo del último tercio del siglo XVI. Formó parte del desaparecido retablo montado en 1564 y es posible que sea la pieza que en 1596 se llevaba a policromar a Vitoria-Gasteiz, y fue “retocada” por Ruigómez y Casanueva en 1829-183016AHEB-BEHA, Parroquia de San Bartolomé Apóstol de Olarte – Orozko, Cuentas y visitas, 1590-1666, sign. 2998/005-00; Cuentas…, 1738-1905, sign. 2999/001-00..
En el nicho del lado sur del testero, Santa Águeda [44] (85 x 33 x 21). Madera policromada. Figura esbelta y bien compuesta, de rostro sereno y generosos paños, romanista de finales del siglo XVI. Estaba también en el retablo, y también fue “retocada” su policromía en 1829-1830, junto a una Santa Lucía desaparecida17Ibid., Cuentas…, 1738-1905, sign. 2999/001-00..
Enfrente, Inmaculada Concepción [45] (97 x 57 x 37). Madera policromada. Se dispone en postura orante, buscando simetría con las manos recogidas al centro, la cabellera sobre los hombros cayendo hacia adelante y cubriéndose con amplio manto que se quiebra abajo en pliegues acartonados. La imagen sigue fiel el modelo instaurado por Gregorio Fernández. Es barroca, del segundo tercio del siglo XVII, aunque la policromía de flores a punta de pincel es ya del XVIII.
Esta discreta pieza ocupó hasta 1987 un lugar que no le correspondía dentro del retablo mayor: el nicho del titular.
En la sacristía Cristo crucificado [46] (66 x 52 x 15; con cruz 103 x 64 x 18). Madera policromada. De anatomía fibrosa, abdomen marcado y elevando con gesto perdido la mirada, se cubre con perizoma de paños blandos algo movidos que se ciñe con cuerda. Será obra barroca de mediados del siglo XVIII.
Pintura
Tríptico de la Adoración de los pastores [47] (257 x 190 cerrado; 257 x 360 abierto). Óleo sobre lienzo pegado a tabla. La escena central (257 x 190) presenta la Adoración de los pastores, compuesta por figuras de nobles ademanes delante de un marco arquitectónico clásico. Los laterales (257 x 85) muestran, a la izquierda, el Lavatorio de la Virgen, también en fondo de arquitecturas muy lujoso, y a la derecha la Asunción a los cielos, con el sepulcro abierto y los apóstoles en primer plano. En el reverso [48] se representan la Anunciación y la Presentación en el templo. De la mazonería lo más interesante es el montante, de tracería manierista calada en el neto y pilastra toscana acanalada en lo demás.
Las escenas y personajes aún rezuman manierismo y gusto italianizante, las pinturas están cuajadas de detalles y muestran una paleta intensa de diestra pincelada. Estos rasgos y otros detalles formales (arquitecturas, poses, composición y perspectiva…) pueden llevarnos a las décadas centrales del siglo XVI. La misma escena central encontramos en la obra El nacimiento de Cristo, del pintor flamenco Hendrick de Clerck, fechado en 1630; y como fuente gráfica más cercana el grabado Adoración de los pastores de Antoine Wierix (hacia 1583-1587).
Se trata de una de las pinturas renacentistas más importantes de Bizkaia. Procederá de Flandes, ámbito donde la pintura y composiciones clásicas de Renacimiento italiano calaron con intensidad aderezadas con una vibrante paleta y otros aspectos netamente flamencos. Y a Olarte llegaría gracias a algún legado de sus patrones.
En la cabecera, puerta de sagrario [9] (45 x 40). Óleo sobre tabla. Con un Ecce Homo pintado, en clave claroscurista, enmarcado por marco de hojas carnosas. Parece tratarse de una pintura reaprovechada, de limitada calidad. Barroca, del último tercio del siglo XVII.
Metalistería
Cuatro candeleros [49] (47,5 x 14,7). Bronce. De nudo cúbico. Neoclásicos, mediados del siglo XIX.
Cruz parroquial [50] (73 x 42,5 x 10). Latón. De brazos y nudo cilíndricos, con resplandor de rayos rectos. Tardoneoclásica, Neoclásica de inercia, mediados del siglo XIX.
Herrajes de la puerta sur [51] y de puerta oeste [52]. Hierro forjado. Barrocos, de mediados del siglo XVIII.
Campana [53]. Bronce. Esquilonada. Decorada con cruz sobre Gólgota e inscripciones en los hombros y faldón. Inscripciones parcialmente legibles: arriba HIZO ESTA CANPANA EN LAVRO DE NUE[VO]… PATRON SAN BARTOLOME AÑO; y abajo SIENDO PATRONOS DON [PEDRO DE] OLARTE I DOÑA VIZENTA DE SANTISTEBAN (que casaron en 1766).
Cruz-veleta [54]. Hierro forjado. De brazos flordelisado con eses de perfil acorazonado. El timón es de cola calada. Siglo XVIII.
Otros elementos
Pila bautismal [55] (94 x 112). Piedra arenisca. Copa hemiesférica decorada con dos molduras a modo de flejes, todo sobre pie cilíndrico. Lo neutro de su formato y decoración dificulta proponer una cronología.
En arcosolio vaciado en el lado de la Epístola, sepulcro de los Olarte [56] (198 x 70 x 23). Piedra caliza gris. Se decora con grabado del escudo del linaje Olarte, que es de dos lobos pasantes a árbol con estrellas en los cantones del jefe. Por la punta en conopio y el grueso cordón parece ser de la primera mitad del siglo XVI. Se encontró esta pieza durante las reformas de 1986-1987 enterrada bajo el presbiterio18CONDE FUENTE, 1997, p. 226..
Paneles del antiguo púlpito transformados en ambón [57] (97,5 x 70 x 38). Madera en su color. Con casetones para óvalos encadenados y al centro botón con esvástica. Romanista, hacia 1600.
Elementos custodiados en el depósito diocesano (orfebrería)
Cáliz [58] (26 x ø14,5 x ø8). Plata sobredorada. De pie poligonal, astil abalustrado y nudo con varios elementos troquelados, copa cerrada con moldura troquelada separando copa y subcopa. Tiene punzón en la pestaña del pie del platero bilbaíno José de Basozabal (BSL). Neoclásico, de finales del siglo XVIII.
Tiene patena a juego (ø13) y conserva el estuche de madera.
Cáliz [59] (25 x ø13,5 x ø8). Plata en su color. Pie redondo con guirnalda grabada en el toro, astil abalaustrado, liso. En la copa lleva pestaña de separación, y en el borde del pie inscripción: DE LA ERMITA DE SAN SEBASTIAN DE OROZCO. Lleva marcas de Bilbao, del platero bilbaíno Estanislao de Armona (ARMONA) y del contraste Manuel de Loizaga (LOIZAGA). Neoclásico, de comienzos del siglo XIX.
Como indica su inscripción, procede de la ermita de San Sebastián de Egirrigartu.
Se acompaña de patena (ø13), aunque no es claro que sea a juego, y conserva su estuche de cuero.
Cáliz [60] (23,2 x ø14 x ø7,5). Plata sobredorada. Muy similar al anterior, es de pie redondo liso, astil abalaustrado y copa dividida por moldura en subcopa. En la pestaña del pie lleva marcas de la ciudad de Vitoria-Gasteiz, y de los plateros Estanislao de Armona (ARMONA) y Apolinar del Campo (CAMPO) y del contraste Anselmo del Prior (ANSELMO). Neoclásico, de comienzos del siglo XIX.
Se acompaña de patena (ø13,2) y cucharilla (7,5 x 1,5), aunque no es claro que sean juego.
Copón [61] (21,5 x ø10 x ø10,4). Plata en su color. Liso, de pie redondo moldurado, con astil abalaustrado y caja hemiesférica con tapa que repite el diseño del pie, rematada en cruz nueva. Sin punzones, puede ser de taller bilbaíno. Barroco, último cuarto del siglo XVIII19CILLA LÓPEZ, 2022, vol. 1, p. 374, vol. 2, nº686..
Relicario de San Bartolomé y San Sebastián [62] (15,6 x ø5 x 5,7). Plata en su color. De tipo expositor, con pie redondo decorado con ristra de perlas y expositor en óvalo con guirnalda neoclásica, donde se incluyen dos óculos para reliquias enmarcados en filigrana. Neoclásico, del primer tercio del XIX.
Elementos depositados en otros lugares
En la cercana ermita de San Roque de Ibarra se conserva un copón [63] (27 x ø11 x ø11) que pertenece a esta iglesia. Plata en su color. De pie redondo, astil abalaustrado y caja hemiesférica con tapa relevada en varios niveles, y remate en crucecita. Muestra inscripción de donación en el pie, que dice: DIERON ESTE COPON A ESTA ANTIGLESIA DE S. BARTHOLOME DE OLARTE LOS SS. D. MANVUEL, I D. LUIS DE OLARTE I ZEPEDA, VECS DE LA PVUEBLA DE MONTALBAN COMO DESZENDIENTS DE ESTA ILLVSTRE CASA DE OLARTE, a la que acompaña escudo de la casa de Olarte y AÑO DE 1753. Lleva punzones de Toledo, del platero Manuel Timoteo Vargas Machuca (ML / BAR / GAS) y del contraste José (o Ignacio) de la Casa (I CAS)20Ibid., vol. 1, p. 313, vol. 2, nº405..
Elementos depositados en el Museo de Arte Sacro
Tres crismeras [64] (10,5 x 6 x 2,7). Plata en su color. Dos crismeras agrupadas en pareja, a las que acompaña otra del mismo formato individual, con algunos arreglos. Tienen forma de ampolla, con la panza aplastada y en ésta se graban las letras alusivas a los aceites (C, O y V). Renacimiento, mediados del siglo XVI. Serán seguramente las que se mencionan en 1562 y en 179121CONDE FUENTE, 1997, p. 227. CILLA LÓPEZ, 2022, vol. 1, pp. 172, 223, vol. 2, nº81..
Portapaz [65] (14,2 x 10,5 x 0,7). Bronce. Pieza muy difundida del taller de Juan Gutiérrez el Viejo, en Santo Domingo de la Calzada (La Rioja). En forma de templete, tiene escena central de la Natividad, sobre zócalo con los escudos del obispo Alonso de Castilla y cruz al centro, y como remate un frontón curvo para los patronos de la diócesis, los Santos Emeterio y Celedonio. Renacentista, entre 1540 y 157522Ibid., vol 2, nº60-M..
Juego compuesto por dos dalmáticas [66], una casulla [67], con tres manípulos y dos collarines. Seda e hilos metálicos. Tejido brocado con fondo color salmón, dorado y verde, donde discurre muy regularmente decoración vegetal de carácter geométrico, flores, zarcillos y jarrones, éstos evocando candelieri. El hilo metálico es el protagonista dotando a las prendas de un brillo notable en toda la superficie. El diseño de las telas responde a modelos del siglo XVII, aunque las prendas fueron recompuestas con posterioridad con distintos fragmentos.
Capa pluvial [68]. Tejido labrado color marfil con el fondo en gros de Tours y motivos de hojas y flores en dos gamas de colores, verdes y rojizas, éstas salpicadas por algunos toques en amarillo que les otorgan luminosidad. Siglo XVIII.
Casulla [69], con estola y manípulo. Ornamento confeccionado con varios fragmentos del mismo tejido labrado y espolinado, de tipo naturalista, con rico colorido logrado mediante el point berclé, con el que se obtienen bellos efectos de gradación cromática. Se decora a base de grupos de flores de gran volumen rodeados por hojas en verdes y fondo de trama listada en hijos metálicos. Mediados del siglo XVIII.
Casulla [70]. Seda e hilo metálico. Confeccionada con distintos pedazos del mismo tejido labrado en trama espolinada, con algunos arreglos. Muestra decoración naturalista a base de grandes flores y hojas, buscando el relieve y el volumen con la gradación cromática y la combinación de colores y opuestos. Segunda mitad del siglo XVIII.
Dos Capas pluviales [71]. Seda e hilos de seda de colores. Tejido labrado y espolinado, decorado con ramos de flores, guirnaldas y hojas, sobre fondo color marfil. Prendas recompuestas y con evidentes daños en las sedas. Segunda mitad del siglo XVIII.
Casulla [72]. Seda e hilos de seda. Tejido espolinado con base de color marfil, sobre el que se disponen ondulantemente ramos de flores y guirnaldas de hojas, que recuerdan una blonda. Último tercio del siglo XVIII.
Cubrecáliz [73]. Seda e hilo metálico. Tejido espolinado listado, decorado con motivos de imitación de blonda, cintas ondulantes, pequeñas flores y una especie de lazos. Combina los tonos marfil, rosados, verdes y el hilo metálico, sobre un fondo verde. Último tercio del siglo XVIII.
Casulla [74] (98 x 57) con estola. Tejido de seda labrado en tonos naranjas, recorrido por unas llamativas cintas que imitan blonda geometrizada y discurren sinuosamente en vertical, y entre las que se intercalan algunos ramos de flores. Último cuarto del siglo XVIII.
Paño de hombros [75]. Damasco color marfil con motivos de rameados en ces, sobre el que se disponen labrados al tresbolillo pequeños motivos de flores con hojas, en tonos rojo, azul, blanco y verde, realizados en sedas e hilos dorados. Finales del siglo XVIII.
Casulla [76] con estola y cubrecáliz. Tejido labrado en seda carmesí, con diseño de grupos de jarrones amarillos con flores, hojas y espigas de colores. Siglo XIX.
Cubrecáliz [77]. Tejido de seda acanalado, de trama espolinada. Tiene fondo color marfil con varios grupos de flores y ramas, en distintos colores. La tela, el diseño y los colores coinciden con los confeccionados en la casa Garín e Hijos de Valencia, concretamente con el modelo “Francia”. Siglo XIX.
Cubrecáliz [78]. Seda e hilo metálico. Tejido adamascado en hilo plateado, formando listones que se engrosan en su desarrollo en distintas partes, al tresbolillo, para alojar pequeños grupos de florecillas labradas. Principios del siglo XIX.
Estandarte de la Inmaculada Concepción [79]. Tejido color crema, sobre el que se dispone un óvalo pintado con la imagen de la Inmaculada de tres cuartos. Alrededor se dispone decoración bordada en hilo dorado de ces, zarcillos y hojas. Por detrás leyenda indicando propiedad de la parroquia. Siglo XX. Elemento de interés etnográfico.
Estandarte del Sagrado Corazón [80]. Tejido color crema, con la imagen del Sagrado Corazón de Jesús dentro de un óvalo. En la parte superior y laterales corren bandas definidas por cordones dorados, que recogen motivos florales. Bajo la imagen leyenda alusiva al Sagrado Corazón y por detrás pintado texto sobre propiedad del Apostolado de la oración de la parroquia de San Bartolomé de Olarte. Siglo XX. Elemento de interés etnográfico.
Carraca [81]. Madera. Instrumento de uso muy popular, utilizado durante la Semana Santa en los oficios de Tinieblas. Ésta será seguramente del siglo XX. Elemento de interés etnográfico.
JMGC – RCL
LIZARRALDE, 1934, p. 120.
YBARRA y BERGÉ, p. 546.
BARRIO LOZA, 1984, pp. 103-104.
18. CONDE FUENTE, 1997, p. 226.
CONDE FUENTE, Roberto. Orozko. Estudio histórico-artístico. Bilbao: Diputación Foral de Bizkaia, 1997. (Colección Monografías de pueblos de Bizkaia).
19. CILLA LÓPEZ, 2022, vol. 1, p. 374, vol. 2, nº686.
CILLA LÓPEZ, Raquel. Investigación y puesta en valor de la platería antigua en Bizkaia. Vitoria-Gasteiz: Servicio Central de Publicaciones del Gobierno Vasco, 2022, 4 vols. (Colección Investigaciones de Patrimonio Cultural, nº4). Disponible en https://www.euskadi.eus/publicaciones-patrimonio-cultural/web01-a2kulonz/es/
20. Ibid., vol. 1, p. 313, vol. 2, nº405.
21. CONDE FUENTE, 1997, p. 227.
CONDE FUENTE, Roberto. Orozko. Estudio histórico-artístico. Bilbao: Diputación Foral de Bizkaia, 1997. (Colección Monografías de pueblos de Bizkaia).
CILLA LÓPEZ, 2022, vol. 1, pp. 172, 223, vol. 2, nº81.
22. Ibid., vol 2, nº60-M.