IGLESIA DE SAN BARTOLOMÉ APÓSTOL
Alto Nervión
Ugao-Miraballes
Resumen (PDF)
Udiarraga 59 (48490)
p.sanbartolome.ugao@bizkeliza.org
El infante don Juan, señor de Bizkaia y futuro Juan I, pretendía consolidar un espontaneo mercado surgido sobre el camino que desde Castilla llevaba a la costa cuando en 1375 fundaba “do dicen agora Vgao” la villa de Villanueva de Miraballes. De nada sirvió la oposición de Bilbao, que veía peligrar su monopolio comercial.
Pero lo cierto es que pese a los temores de Bilbao la nueva villa nunca lograría adquirir entidad, no pasando de ser una escala en la ruta. Su desarrollo fue por consiguiente escaso: una única calle.
En uno de sus extremos se levanta la la iglesia de San Bartolomé, dominando claramente el principal espacio público de la población, la Herriaren Plaza, que comparte con la casa consistorial.
Ayuntamiento y parroquia fueron los protagonistas conjuntos de la vida local durante siglos. Más aún siendo Ugao-Miraballes una villa que, como era habitual en Bizkaia, detentaba el patronato del templo –aunque compartido con la casa de Avendaño–. Vida civil y vida religiosa caminaron muchas veces al unísono.
EDIFICIO [1]
El edificio se apareja [5] [6] en mampuesto muy recogido con abundante mortero. Este material varía con la altura, reflejando al menos tres fases constructivas. Una primera abarca la parte baja en las fachadas laterales –aunque con algunas interrupciones– excepto al último tramo; en esta zona el aparejo es más menudo y regularizado, especialmente en la fachada norte. Un segundo nivel envuelve por completo el edificio e incluye a la torre. Y aún se aprecia una tercera etapa más arriba.
La parte baja del hastial de los pies y de la torre, así como las esquinas, enmarques de los vanos, impostas y un estribo-cantonera en el lado contrario a la torre, son de sillería caliza gris, de bloques de buen tamaño y bien trabajados [7].
Por su parte, el interior va totalmente enlucido, no transparentándose en ningún momento el aparejo.
El pavimento es de madera.
Además de los propios muros, los soportes del templo son, como se ha indicado, unos contrafuertes interiores que generan entre ellos capillas hornacinas no muy profundas [8]. Los fajones de las bóvedas descansan en ménsulas muy molduradas [9], en ángulo las esquineras [10].
Al exterior existe un único contrafuerte, esquinado, reforzando el ángulo noroeste [11].
Las bóvedas son de crucería [12] a partir de arcos de medio punto en la nave: estrellada de terceletes en la cabecera [13] y simple en los tramos [14]. Por su parte las hornacinas disponen de embocaduras apuntadas y bóvedas de cañón. Fajones y nervios son obra del siglo XX, fingiendo esa crucería gótica.
El tejado es a cuatro aguas.
El cuerpo de luces se basa en ventanas apuntadas [15] abiertas a mediodía en la cabecera y los tres primeros tramos –el cuarto se ciega al exterior por la torre–. Son molduradas en placa al exterior y con derrame liso por dentro [16]. Se añade otro vano igual al primer tramo por el lado Norte. Se cierran con vidrieras, unas de motivos geométricos y vegetales [17] y otras figurativas (San Francisco [18] y Santa Claudia [19]) de la casa Delclaux y Cía, Bilbao.
Hay además otras dos adinteladas a la fachada de los pies [20], que sirven al coro. Definidas por sillares al exterior, internamente son de cuerpo entero y en ligero derrame [21].
En la parte alta de la cabecera se abre un vanito cuadrangular que ilumina la sobrebóveda.
Hubo otras dos ventanas, hoy cegadas, a mediodía. Una de ellas, en el primer tramo, tiene trazas de haber sido una gran claraboya apuntada [22]. La otra, al tercero, responde al tipo de vano tardogótico propio de los coros de iglesias tardogóticas y renacentistas, con luces geminadas en medio punto, parteluz facetado y antepecho de sillares que al interior, hoy tapiado, probablemente dispuso de asientos [23]. Este elemento nos indica que en ese tramo estuvo originalmente el coro, y por tanto que el templo era más corto.
También tapiados hay en los pórticos laterales, en el tercer tramo, sendos accesos apuntados, uno (sur) de tres irregulares dovelas [24] y el otro (norte) de sólo dos [25]. Serán las “puertas laderas” que se cerraban “de cal y canto” en 17291BFAH-AHFB, Sección Municipal, Fondo Archivo Municipal de Ugao-Miraballes, Libro de cuentas presentadas por los mayordomos de la fábrica de la iglesia parroquial de San Bartolomé de la villa de Miravalles entre los años 1725-1792, sign. 0161/006..
Los otros ingresos se acogen al último tramo. Hubo allí en origen cinco pasos en arco de medio punto sobre imposta de placa lisa, tres de ellos abiertos a los pies y los otros dos en los flancos [26]. Se generaba así una especie de pórtico, que sin embargo resultaba inútil al dar todos estos huecos directamente al interior del templo.
Hoy sólo están en uso los de los costados, uno de ellos acogido bajo la torre [27]. De los de poniente, los laterales parecen estar cegados con sillería de antiguo, quizás desde el mismo momento de su construcción. El central es de jambas y rosca en planos escalonados y con capiteles toscanos y zapata cartón con cordoncillo a la clave –similar a lo que puede verse en los cercanos templos de Arrankudiaga y Zeberiogana (Zeberio)– [28], ha estado en uso hasta hace algunas décadas y aun mantiene al exterior sus puertas de madera –las más antiguas del templo–, pero es ciego por dentro.
El coro [4] [29] ocupa el tramo de los pies. El bajocoro invade la parte alta de las roscas de los arcos de medio punto de esa zona, lo que unido a que las ventanas de los pies y el paso a la torre están ligeramente por encima del actual piso holladero de este coro parece indicar que en origen estuvo más elevado. No obstante, ha conservado la balaustrada de hierros de nudo cónico del siglo XVII [30].
La sacristía [31] está adosada a la cabecera. Se comunica con la iglesia por sendas puertas simétricas, adinteladas, abiertas al testero a los lados del retablo mayor, hoy muy reformadas. Es una estancia rectangular cubierta a cielo raso, iluminada por seis ventanas adinteladas, cuatro de ellas originales, con derrame a exterior e interior, y otras dos abiertas más tardíamente, defendidas con hierros de pera y doble pera [32]. Cuenta también con salida directa al pórtico, reciente.
Sin solución de continuidad ni cesura aparente, la fábrica de la torre [33] enlaza con el plano de fachada, integrándose en la especie de pórtico inutilizado descrito más arriba. Su unión con el muro sur se refuerza con un cuerpo bajo en cuarto de cilindro con remate cónico, que queda acogido bajo el porche [34].
El fuste se divide en tres cuerpos, el bajo de los cuales sirve de porche al acceso habitual. Es de planta cuadrada, dimensión que no se interrumpe hasta el remate, señalándose los cuerpos por molduras de placa lisa. El cuerpo segundo tiene mucho desarrollo, y en él hay dos ventanas de dintel adovelado con doble derrame, una de ellas cerrada con reja de barrotes de nuevo de nudo cónico [35]. El campanario [36] abre cuatro vanos según los puntos cardinales, pero el del lado norte está tapiado por la estructura del reloj. Son de medio punto sobre placas-capitel. Una cornisa de perfil cóncavo-convexo da paso a un tejado a cuatro aguas con pináculos esquineros, coronado por la campana del reloj sobre artilugio de hierro.
Se accede a esta torre desde el coro, a través de paso adintelado de túnel recto ligeramente escarzano [37] [38]. La estructura interna es de madera.
En los laterales y cabecera cuenta con pórtico [39], si bien hasta 2023 este espacio estaba en buena parte ocupado por diversas dependencias.
Aunque muy renovado mantiene el sistema de tejavana apoyada por el lado del templo en modillones de cuarto de bocel y al exterior en pies derechos y pretil. Lo más interesante es su encachado, de cantos que conforman dibujos geométricos muy sencillos de hexafolias [40]. En la parte de la cabecera, hasta hace poco ocupada por añadidos, el dibujo es más sencillo: una retícula.
La villa de Ugao-Miraballes fue fundada en 1375 por el infante don Juan, señor de Bizkaia y futuro rey Juan I de Castilla. No parece que en aquel momento existiese ya un templo en el lugar. Pero la joven puebla se apresuraría a hacer uno dedicado a San Bartolomé, cuya festividad coincidía con el cumpleaños del fundador don Juan. En cualquier caso, nada de lo que hoy podemos ver se remonta a aquellas fechas.
Como ya hemos indicado, el actual edificio corresponde a varios momentos constructivos. El primero de ellos se rastrea en la parte baja de los muros zaguero y laterales de los tres primeros tramos. Responde tal propuesta a una iglesia de una nave con capillas altas entre los estribos, de estirpe gótico-renacentista, de los primeros años del siglo XVI, una de las más antiguas que de esta tipología conocemos en Bizkaia y el País Vasco. Testimonio de ella son los indicados muros y los accesos apuntados, el vano geminado y la posible claraboya.
En algún momento aquella iglesia debió ser abovedada en madera, ya que desde 1659 Domingo de Ybaiondo, maestro carpintero, rehacía la mitad de los pies del cuerpo de la iglesia por haberse arruinado el techo. Las obras continuaron en 1664-1665, cuando se pagaba a Pedro de Escana y Miguel de Landaeta, también carpinteros, por la traza de la obra de la mitad de la iglesia hacia la cabecera, incluido con su techo, que remataría el mismo Landaeta en 3.800 reales más 1.626 de materiales La intervención afectaba especialmente a las bóvedas de madera –de ahí que fueran maestros carpinteros los implicados– pero para ello fue necesario reparar también las paredes. A este momento corresponderá el segundo nivel del aparejo. También entonces se hacía la sacristía (15.566 reales en 1664)2AHEB-BEHA, Parroquia de San Bartolomé Apóstol de Ugao-Miraballes, Libros de cuentas de fábrica, 1640-1668, sign. 2669/076-00. CIFUENTES PAZOS, 1993, p. 156..
Casi inmediatamente se desarrolló una nueva fase constructiva, que afectó al tramo de los pies y la torre. Se alargaba la iglesia buscando más capacidad. A tal efecto debió invadirse un pequeño compás que retranqueaba a la iglesia unos metros respecto del eje de la calle. En ese espacio parece haberse proyectado una especie de porche abierto a través los cinco arcos de medio punto indicados más arriba y conectado al pórtico perimetral, pero dada su inoperancia nunca debió de ser utilizado como tal.
Después vendrían el coro y la torre. En 1680 se habían comprometido a esta importante obra –35.000 reales– los canteros Cristóbal de La Llana y Martín Arauco Landabaso, pero ambos fallecieron sin haberla terminado, además de que hubo una considerable ruina en lo construido. Los herederos de los difuntos buscaron al cantero de Garai Domingo de Barraincúa para que dictara una solución y más tarde lograron vincular a las obras a Francisco de Elorriaga y Domingo de Alacano, que terminaron lo que faltaba y remediaron lo arruinado. En 1689 Elorriaga se daba por pagado de todo lo realizado, contándose en ello unas mejoras de 1.960 y 1.400 reales que había hecho en el campanario3BAHP-AHPB, Notario Trobica, Leg. 4.351, Registros de 6 de diciembre de 1685. AHEB-BEHA, Parroquia de San Bartolomé Apóstol de de Ugao-Miraballes, Cuentas que se tomaron a Tomás de A., mayordomo de Larriaga, 1679-1689, sign. 2669/109-00. BFAH-AHFB, Sección Judicial, Fondo Corregidor, Subfondo Civil, JCR 3170/001. CIFUENTES PAZOS, 1993, p. 156...
Terminada la torre, en 1691 se empedraba el pórtico. Descrito en la documentación como perimetral al templo, los trabajos se remataron en 1.500 reales4AHEB-BEHA, Parroquia de San Bartolomé Apóstol de Ugao-Miraballes, Cuentas que se tomaron a Tomás de A., mayordomo de Larriaga, 1679-1689, sign. 2669/109-00. BAHP-AHPB, Notario Sierra Baquiola, Leg. 4.747, Registros de 20 de agosto de 1691..
Pero estas importantes obras no resultaron muy sólidas. Se hablaba de ruina de las paredes y techo en 1704, 1735 y sobre todo en 1748. En esta fecha la iglesia estaba “arruinada de sus paredes en los dos lienzos o lados del peso, con peligro de caer y aplanarse la bóveda artesonada… y por eso apuntalado con 6 postes por la parte interior”. Es decir, que los muros laterales apenas resistían el empuje de la bóveda artesonada –de madera–.
Reconocieron el templo Juan de Aranguren, maestro carpintero y de obras de Arrigorriaga, y Andrés de Zorrarain, maestro cantero de Orozko, pero no se pudo afrontar la reparación necesaria por falta de dinero. Finalmente lo prestó la ermita de Udiarraga, y se remató la obra en los maestros carpinteros Antonio de Aldecoa Ibarra, Pedro de Usábel y Juan de Zavala, vecinos de Zeberio, que se ocuparon fundamentalmente de la bóveda–que sería nuevamente de madera–. El coste fue de 10.797 reales y 14 maravedíes.
Al mismo tiempo José de Olázar, maestro cantero de Arrankudiaga, cobraba 1.893 reales por importantes reparos en los muros laterales5CIFUENTES PAZOS, 1993, p. 157-158.. Esta intervención sería probablemente la responsable del tercer nivel de aparejo que se aprecia en las paredes, y estaría destinada a reforzar la fábrica de cara a sustentar esa renovada bóveda.
Terminados los trabajos el albañil bilbaíno Pedro de Larrea blanquearía el templo (400 reales), Antonio de Vega y Juan Bautista de Ibarra, maestros canteros de Bilbao y Ugao-Miraballes respectivamente, certificaron la totalidad obra6Ibid., p. 158-159..
Aún conocería nuevas reformas la iglesia de Ugao-Miraballes. En 1816, gracias al dinero enviado desde La Puebla de los Ángeles (México) por el indiano Luis de Palacios, se rehizo la bóveda de la cabecera. Sería pintada por Francisco de La Quintana y Antonio Ruigómez, maestros doradores y pintores. En 1845 se pagaban 106 reales por “la obra de los pretiles del pórtico parroquial, y el empedrado del cementerio que fue destruido por avenida de agua” –una historia repetida en varias ocasiones–. Y en 1858-1859 se recurrió a la venta de las alhajas de la ermita de Udiarraga para poder costear un nuevo solado, renovar el pórtico y otras obras que afectaron también al mobiliario. En total 61.300 reales. El proyecto fue del bilbaíno maestro de obras Martín Luciano de Echébarri, y las ejecutó Hilario de Uzatorre, de Begoña, que contó con José de Urquijo para el pórtico7AHEB-BEHA, Parroquia de San Bartolomé Apóstol de de Ugao-Miraballes, Padrón de cuentas de dinero de diversas obras realizadas en la parroquia de Miraballes, 1816-1817, sign. 2668/090-00; Cuentas y visitas de fábrica, 1825-1917, sign. 2665/006-00; Recibos de la parroquia, 1858-1859, sign. 2668/082-00. CIFUENTES PAZOS, 1993, p. 158..
Por fin, a principios del siglo XX la iglesia fue dotada de su actual bóveda de plementería. El proyecto, presentado por José María Basterra en 1907, incluía también la remodelación de las ventanas, todo ello en un estilo neogótico un tanto desmañado. El presupuesto fue de 63.189 pesetas y 10 céntimos8AHEB-BEHA, Parroquia de San Bartolomé Apóstol de de Ugao-Miraballes, Carta al cura ecónomo de Miravalles de orden real de una instancia de Francisco Arana y Lupardo, firmada por Felipe Yurrita y Mezo en Vitoria, de la parroquia de San Bartolomé Apóstol de Ugao-Miravalles, 1910, sign. 2669/119-00.CIFUENTES PAZOS, 1993, p. 157-158. GARCÍA URIBE, 2018, p. 13..
Con posterioridad, en 1930-1931, gracias a la munificencia de Teófila de Gandarias se intervino en el coro –que entonces perdería altura– y se realizaron algunas obras menores. Se ocupó de parte de estos trabajos Eduardo Zabala Ercilla, de Zaratamo, siguiendo un proyecto de Pedro Guinea9CIFUENTES PAZOS, 1993, p. 159..
Pero todo ello hubo de ser remodelado tras la Guerra Civil, que afectó seriamente al templo. Las obras se prolongaron hasta 194710Ibid..
La última gran intervención del templo tuvo lugar tras las inundaciones de 1983.
Finalmente, en 2023 se han eliminado algunas dependencias que ocupaban parte del pórtico, devolviéndole el que debió ser su aspecto original.
1. BFAH-AHFB, Sección Municipal, Fondo Archivo Municipal de Ugao-Miraballes, Libro de cuentas presentadas por los mayordomos de la fábrica de la iglesia parroquial de San Bartolomé de la villa de Miravalles entre los años 1725-1792, sign. 0161/006.
2. AHEB-BEHA, Parroquia de San Bartolomé de Ugao-Miraballes. Papeles varios 9, nº 76.
CIFUENTES PAZOS, 1993, p. 156
CIFUENTES PAZOS, José Manuel. Ugao-Miraballes. Estudio histórico-artístico. Bilbao: Diputación Foral de Bizkaia, 1993. (Colección Monografías de pueblos de Bizkaia).
3. BAHP-AHPB, Notario Trobica, Leg. 4.351, Registros de 6 de diciembre de 1685.
AHEB-BEHA, Parroquia de San Bartolomé Apóstol de de Ugao-Miraballes, Cuentas que se tomaron a Tomás de A., mayordomo de Larriaga, 1679-1689, sign. 2669/109-00.
BFAH-AHFB, Sección Judicial, Fondo Corregidor, Subfondo Civil, JCR 3170/001.
3. CIFUENTES PAZOS, 1993, p. 156.
CIFUENTES PAZOS, José Manuel. Ugao-Miraballes. Estudio histórico-artístico. Bilbao: Diputación Foral de Bizkaia, 1993. (Colección Monografías de pueblos de Bizkaia).
4. AHEB-BEHA, Parroquia de San Bartolomé Apóstol de Ugao-Miraballes, Cuentas que se tomaron a Tomás de A., mayordomo de Larriaga, 1679-1689, sign. 2669/109-00.
BAHP-AHPB, Notario Sierra Baquiola, Leg. 4.747, Registros de 20 de agosto de 1691.
5. CIFUENTES PAZOS, 1993, p. 157-158.
CIFUENTES PAZOS, José Manuel. Ugao-Miraballes. Estudio histórico-artístico. Bilbao: Diputación Foral de Bizkaia, 1993. (Colección Monografías de pueblos de Bizkaia).
6. Ibid, p. 158-159.
7. AHEB-BEHA, Parroquia de San Bartolomé Apóstol de de Ugao-Miraballes, Padrón de cuentas de dinero de diversas obras realizadas en la parroquia de Miraballes, 1816-1817, sign. 2668/090-00; Cuentas y visitas de fábrica, 1825-1917, sign. 2665/006-00; Recibos de la parroquia, 1858-1859, sign. 2668/082-00.
CIFUENTES PAZOS, 1993, p. 158.
CIFUENTES PAZOS, José Manuel. Ugao-Miraballes. Estudio histórico-artístico. Bilbao: Diputación Foral de Bizkaia, 1993. (Colección Monografías de pueblos de Bizkaia).
8. AHEB-BEHA, Parroquia de San Bartolomé Apóstol de de Ugao-Miraballes, Carta al cura ecónomo de Miravalles de orden real de una instancia de Francisco Arana y Lupardo, firmada por Felipe Yurrita y Mezo en Vitoria, de la parroquia de San Bartolomé Apóstol de Ugao-Miravalles, 1910, sign. 2669/119-00.
CIFUENTES PAZOS, 1993, p. 157-158.
CIFUENTES PAZOS, José Manuel. Ugao-Miraballes. Estudio histórico-artístico. Bilbao: Diputación Foral de Bizkaia, 1993. (Colección Monografías de pueblos de Bizkaia).
GARCÍA URIBE, 2018, p. 13.
GARCÍA URIBE, Iñaki. “Iglesia parroquial de San Bartolomé”. En Ecos de Ugao. Ugao-Miraballes: Asociación de Donantes de Sangre de Ugao-Miraballes “Dosanmi”, 2018-1, nº103, pp. 12-13. Disponible en https://drive.google.com/file/d/1qnAhu7HYQ_nLB-pQZx_3RC6CWGdhEAYc/view
9. CIFUENTES PAZOS, 1993, p. 159.
CIFUENTES PAZOS, José Manuel. Ugao-Miraballes. Estudio histórico-artístico. Bilbao: Diputación Foral de Bizkaia, 1993. (Colección Monografías de pueblos de Bizkaia).
10. Ibid.
MOBILIARIO
Actualmente el mobiliario de San Bartolomé de Ugao-Miraballes no es muy abundante: un retablo muy alterado, algunas esculturas y varios elementos diversos.
Pero sabemos que en otro tiempo el templo estuvo mejor dotado. En 1621 había tres retablos: el del titular y los del Santo Cristo y San Ramón. Crecerían hasta cinco, aunque cambiando frecuentemente las advocaciones. En 1750 Pedro de Usabel y Antonio Aldecoa Ybarra, maestros carpinteros, hacían los de la Virgen de la Soledad y San Juan. Y en 1816 José de Basterrechea, maestro entallador, retocaba los de Nuestra Señora y San Antonio y hacía uno dedicado a San José. Los policromaba José de Yragorri, maestro pintor y dorador. El inventario de 1898 los concreta: mayor, Virgen del Rosario, San José, Virgen de los Dolores y San Anonio de Padua (más tarde San Francisco)11AHEB-BEHA, Parroquia de San Bartolomé Apóstol de Ugao-Miraballes, Libro de inventario y visitas de fábrica, 1621-1639; Padrón de cuentas de dinero de diversas obras realizadas en la parroquia de Miraballes, 1816-1817, sign. 2668/090-00; Inventario de los objetos que existen en la iglesia parroquial de Miravalles..., 1898, sign. 2669/135-00. CIFUENTES PAZOS, 1993, p. 158..
Por su parte, las noticias sobre piezas de orfebrería, ornamentos, campanas, reloj, púlpito, confesionarios, cajoneras, catafalco, aguamanil… son frecuentes en la documentación.
Retablos
El retablo mayor [41] es resultado de una reorganización de materiales de diversas épocas instalados sobre una mazonería que es del siglo XX en su mayor parte. En ella se reaprovechan las columnas y algunas casas, pero pilastras, ménsulas, plintos, arquitrabes y paneles decorativos son recientes, poblados de motivos vegetales estilizados que recuerdan –sin serlo– modelos tardorrenacentistas.
El mueble resultante es de planta recta, sólo ligeramente retranqueada en sus extremos por una serie de pilastras y columnas. Es de tres calles que ocupan zócalo, banco de gran desarrollo –tanto como el piso superior–, dos pisos y arriba ático. Está acabado en madera en su color (en realidad tintada) con dorado en los motivos decorativos.
El zócalo define los tres ejes verticales mediante voluminosas ménsulas y pilastras, que se prolongan en el banco [42] a base de nuevas pilastras superpuestas en grupos de tres. Este nivel, muy desarrollado como hemos dicho, acoge a los lados casas en medio punto y al centro hueco adintelado para sagrario, hoy ocupado por un Calvario, y rematado por un friso de motivos vegetales.
Sin entablamento que marque una ruptura se pasa al primer piso [43]. Sobre los mismos ejes estructurales hay ahora plintos para columnas jónicas ligeramente entasadas. Aquí la casa central [44], un medio punto, presenta en las pilastras que hacen de jambas un encadenado de rombos y óvalos característico del primer clasicismo. Pero el resto de la hornacina parece parte de la obra del XX, como las dos laterales, también en medio punto.
Esta vez un arquitrabe con roleos y en medio un querubín marca el arranque del segundo piso [45]. Aquí las columnas, corintias, se hacen más cortas; van también sobre plintos que en las casas laterales se unen mediante un panel. Estas hornacinas son adinteladas, para relieves, mientras la central [46], de nuevo en medio punto, repite las pilastras con encadenados que veíamos en el piso inferior.
Finalmente, el ático [47] va entre nuevas columnas, toscanas y aún más cortas, flanqueadas por eses con acantos. Es para casa adintelada sobre la que se dispone un Padre Eterno bendiciendo, en tímpano curvo.
De todo lo descrito sólo parecen piezas de un retablo antiguo, romanista de hacia 1600, las columnas, las pilastras y arcos con encadenados de la calle central, el querubín y el Padre Eterno.
En cuanto a la imaginería, aunque predominan las piezas romanistas, también se intercalan otras ajenas a ella.
Al centro del banco, en el lugar dejado por un desaparecido sagrario, hay hoy el Calvario [48]. Lo componen tres figuras de bulto en madera policromada: Cristo Crucificado (85 x 76 x 27,5), la Virgen Dolorosa [49] (84 x 25 x1 6) y San Juan [50] (80 x 27 x 22). Piezas de gran calidad, con sus anatomías hinchadas, gestos grandilocuentes y vestimentas muy generosas y pesadas de consistencia lanosa, son muy características del romanismo de en torno a 1600. Procederán del desaparecido retablo de los Dolores.
En las casas laterales a la izquierda va imagen de madera policromada y con corona metálica de la Inmaculada Concepción [51] (116 x 33 x 30). A la derecha San José con el Niño [52] (128 x 40 x 40). Son piezas contemporáneas, ella siguiendo modelos del XIX –momento al que corresponderá también su corona– y él quizás algo más moderno.
En las pilastras de este banco se conservan dos series de altorrelieves también romanistas: abajo los Padres de la Iglesia (52 x 23 x 8,5) (San Gregorio [53] San Ambrosio [54] , San Agustín [55] y San Jerónimo [56]), arriba cuatro Apóstoles (51,5 x 20 x 7,5) (San Juan Evangelista [57] , San Andrés [58] , San Pedro [59] y San Mateo [60]).
Al primer piso, al centro, va el titular, San Bartolomé [61], sujetando al diablo con una cadena mientras con la derecha enseña el cuchillo de su martirio. En contraposto, su barba de menudos mechones serpeantes y sus amplias vestimentas se repiten en otras tallas del mueble, encajando asimismo en ese momento del romanismo.
Los nichos laterales son para imágenes de San Juan bautista [62] y San Lorenzo [63], en madera policromada, barrocas de fines del siglo XVII.
En el piso alto va al centro un bulto de la Asunción-Coronación [64] y a los lados relieves muy plásticos de la Adoración de los pastores [65] y de la Visitación [66], piezas también romanistas bien desarrolladas compositivamente pero quizás algo torpes en sus proporciones.
En el panel del ático aparece ahora una reproducción fotográfica de un relieve renacentista que representa la Anunciación.
Por fin, en el remate, campea el Padre Eterno [67], también parte del conjunto de hacia 1600.
Sin duda tuvo esta iglesia de Ugao-Miraballes un notable retablo romanista. Lo indican no sólo la calidad de las esculturas, sino también las columnas que combinan órdenes arquitectónicos (y que muy probablemente ya en origen estuvieron superpuestas como en la mazonería actual). Lamentablemente hoy sólo nos queda de él lo descrito.
La policromía de las imágenes ha sido renovada en varias ocasiones. De hecho, ya en 1666 se doraba y estofaba la talla titular. Pero la actual será básicamente la aplicada en 1816 por Antonio Ruigómez y Francisco de La Quintana, que cobraron 4.271 reales y 12 maravedíes por policromar todo el altar mayor, su mesa y algunos otros elementos menores12AHEB-BEHA, Parroquia de San Bartolomé Apóstol de Ugao-Miraballes, Padrón de cuentas de dinero de diversas obras realizadas en la parroquia de Miraballes, 1816-1817, sign. 2668/090-00..
Esculturas
Bajo el coro, Cristo Crucificado [68] (116 x 106 x 20; con cruz 170 x 116 x 23,8). Madera policromada. Aparece muerto, con la cabeza caída hacia la derecha, cabellos en tirabuzón y paño de castidad de telas encoladas. Interesante pieza tardogótica, de 1510-152013MUÑIZ PETRALANDA, 2011, p. 299.. Será posiblemente el “crucifijo de tamaño algo crecido” que remataba el retablo mayor14AHEB-BEHA, Parroquia de San Bartolomé Apóstol de Ugao-Miraballes, Inventario de los objetos que existen en la iglesia parroquial de Miravalles..., 1898, sign. 2669/135-00.
En el coro, Cristo Crucificado [69] (77 x 53 x 15; con cruz 139 x 67 x 15). De papelón. Figura de anatomía adelgazada propia del barroco del siglo XVIII. Procedente de la ermita de Nuestra Señora de Udiarraga.
En la sacristía, San Antonio de Padua [70] (108 x 34 x 27). Madera policromada. Obra muy correcta de hacia 1900.
En el coro, San Roque [71] (106 x 35 x 26). De las mismas características que el anterior. Procedente de la ermita de Nuestra Señora de Udiarraga.
Metalistería
Ya nos hemos referido a los balaustres del coro [30] y de las ventanas de sacristía [32] y torre [35]. Hierro forjado. Son de arandelas y nudos cónicos de carena muy baja. Barrocos, segunda mitad del siglo XVIII.
Herrajes de las puertas de los pies [72]. Hierro forjado. Barrocos, 1680-1690.
Otros elementos
Pila bautismal [73] (98 x ø76). En jaspe de Ereño, de comienzos de siglo XX.
Como hemos dicho, algunas ventanas se cierran con vidrieras, unas de motivos geométricos y vegetales [17] y otras figurativas (San Francisco [18] y Santa Claudia [19]) de la casa Delclaux y Cía, Bilbao. Se realizarían con motivo de la reforma de 1907, cuando se renovó la bóveda. Como es habitual en las vidrieras de esa época, es más esmerado el trabajo de los rostros, mientras que ropajes y paisajes responden a modelos más estereotipados.
En la torre, reloj [74]. Del relojero durangués Mateo Pascual de Iparraguirre, 183115CANDINA AGUIRREBEITIA y CASANOVAS i LLORENS, 1986, p. 79.. La esfera, en muy mal estado, se conserva en el interior de la torre.
Elementos custodiados en el depósito diocesano (orfebrería)
Cáliz [77] (25 x ø15,6 x ø 9,7). Plata en su color. Con el clásico perfil clasicista a base de nudo de jarrón y secuencia de anillas. Lleva marcas de localidad (Bilbao) y del artífice Juan de Gardoqui (GARDOQVI). Barroco, de mediados del siglo XVII16CILLA LÓPEZ, 2022, vol. 2, nº246 bis..
Elementos depositados en el Museo de Arte Sacro
Sol de custodia [78] (43 x ø33). Plata y bronce sobredorado. Es de rayos que se metamorfosean en una especie de perfil de jarrón, según moda extendida en el último tercio del siglo XVII en la platería peruana. Tuvo soporte con astil abalaustrado liso, del XVIII, hoy perdido [79]17CILLA LÓPEZ, 2022, vol. 1, p. 406, vol. 2, nº357..
Imperiales de una corona [80] (18 x 17,5) en plata en su color. Barroco, siglo XVII.
Ráfaga-diadema [81] (27,3 x ø11,5 x 11,5). Plata en su color. Neoclásico, primer cuarto del siglo XIX.
Relicario (vacío) [82] (27,3 x ø11,5 x 11,5). Plata en su color. Neoclásico, primer cuarto del siglo XIX. Lleva marcas en la tuerca del pie: de localidad (Bilbao), artífice Fernando Acha (F/ACHA) y contraste Manuel Loyzaga (LOIZAGA).
Casulla [83] (108 x 63). Espolín de seda. Barroca, siglo XVIII, probablemente realizada en Valencia.
Dalmática [84] (95 x 66). Damasco de palma verde y galones dorados. Quizás de principios del siglo XIX.
JMGC – RCL
11. AHEB-BEHA, Parroquia de San Bartolomé Apóstol de Ugao-Miraballes, Libro de inventario y visitas de fábrica, 1621-1639; Padrón de cuentas de dinero de diversas obras realizadas en la parroquia de Miraballes, 1816-1817, sign. 2668/090-00; Inventario de los objetos que existen en la iglesia parroquial de Miravalles…, 1898, sign. 2669/135-00.
CIFUENTES PAZOS, 1993, p. 158.
CIFUENTES PAZOS, José Manuel. Ugao-Miraballes. Estudio histórico-artístico. Bilbao: Diputación Foral de Bizkaia, 1993. (Colección Monografías de pueblos de Bizkaia).
12. AHEB-BEHA, Parroquia de San Bartolomé Apóstol de Ugao-Miraballes, Padrón de cuentas de dinero de diversas obras realizadas en la parroquia de Miraballes, 1816-1817, sign. 2668/090-00.
13. MUÑIZ PETRALANDA, 2011, p. 299.
MUÑIZ PETRALANDA, Jesús. Reflejos de Flandes. La escultura mueble tardogótica en Bizkaia. Bilbao, Museo Diocesano de Arte Sacro, 2011.
14. AHEB-BEHA, Parroquia de San Bartolomé Apóstol de Ugao-Miraballes, Inventario de los objetos que existen en la iglesia parroquial de Miravalles…, 1898, sign. 2669/135-00.
15. CANDINA AGUIRREBEITIA y CASANOVAS i LLORENS, 1986, p. 79.
CANDINA AGUIRREGOITIA, Begoña; y CASANOVAS i LLORENS, Teresa (coords.). Relojería pública en Vizcaya. Bilbao: Departamento de Cultura de la Diputación Foral de Vizcaya, 1986. (Colección Inventarios, nº1).
16. CILLA LÓPEZ, 2022, vol. 2, nº246 bis.
CILLA LÓPEZ, Raquel. Investigación y puesta en valor de la platería antigua en Bizkaia. Vitoria-Gasteiz: Servicio Central de Publicaciones del Gobierno Vasco, 2022, 4 vols. (Colección Investigaciones de Patrimonio Cultural, nº4). Disponible en https://dialnet.unirioja.es/servlet/libro?codigo=868944.
17. CILLA LÓPEZ, 2022, vol. 1, p. 406, vol. 2, nº357.
CILLA LÓPEZ, Raquel. Investigación y puesta en valor de la platería antigua en Bizkaia. Vitoria-Gasteiz: Servicio Central de Publicaciones del Gobierno Vasco, 2022, 4 vols. (Colección Investigaciones de Patrimonio Cultural, nº4). Disponible en https://dialnet.unirioja.es/servlet/libro?codigo=868944