IGLESIA DE SAN MARTÍN OBISPO

Alto Nervión

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Orozko | Bº San Martín o Albizu

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Resumen (PDF)

San Martín sn (48410)

p.sanmartin.orozko@bizkeliza.org

EDIFICIO [1]

Se trata de un templo de considerables dimensiones, un tanto sorprendentes para una reducida feligresía en un entorno rural.

Al asentarse sobre un terreno inclinado la iglesia se levanta sobre un zócalo que uniformiza el suelo y la eleva sobre el entorno algo más de un metro por el norte y superando los dos al sur.

Sobre esta base se desarrolla una planta [2] de una sola nave dividida en tres tramos muy homogéneos a los que se añade una cabecera de iguales dimensiones que cada uno de aquellos. Al primer tramo se abren dos brazos formando un crucero de casi la misma altura que la nave, aunque de moderada profundidad.

Por el lado sur se adosa al presbiterio la sacristía, que a su vez da paso a una estancia que cierra toda la cabecera. A los pies va la torre, enlazada con el pórtico que afecta en parte al lado norte, totalmente a los pies y hasta el brazo del crucero en el flanco mediodía.

El espacio interior [3] [4] es diáfano y proporcionado. El volumen exterior [1] [5], fiel reflejo de la distribución interior, queda sin embargo un tanto difuso desde los pies por la dominante torre y el amplio tejado del pórtico.

Su aparejo es de mampostería [6], exceptuando parte de la torre (cuerpos primero y tercero), que es de sillería [7], como también lo es toda la planta baja del hastial de los pies [8] y en general las partes más comprometidas tectónicamente: esquinas y recerco de huecos. Casi todo el perímetro calza en un zocalillo de apenas 10 cm. de salida.

Al interior actualmente el aparejo aparece visto, salvo en el testero y las bóvedas, enlucidas.

En los muros se abren tres hornacinas [9] cuadrangulares, una en el brazo del lado norte, otra en el arranque del último tramo a mediodía y la tercera en el muro de los pies. Las tres son iguales, definidas por sillares con las aristas cajeadas para ajustar puerta.

El pavimento es reciente: madera recercada de losas de mármol negro tipo Mañaria. Como es habitual el presbiterio se eleva, en este caso un par de gradas.

El templo se cubre con bóvedas de lunetos [10] generados desde anchos arcos de medio punto lisos.

Los soportes de estos arcos fajones que marcan los tramos y de los formeros del arranque de los brazos son ménsulas [11] de orden toscano, molduradas a base de filetes y boceles, en la línea de lo que hacen en otros templos vizcaínos Martín de Larrea, Juan de Herdoiza o Antonio de Bega a mediados del siglo XVIII.

En la cabecera y fondo de los brazos la bóveda cae a ménsulas que se reducen hasta ser unas simples piezas triangulares o en forma de ele [12]. En los ángulos de los pies no hay soporte alguno.

El perímetro mural del edificio se refuerza con seis contrafuertes [13], que se corresponden con los fajones. Son de sección rectangular, estrechándose ligeramente al ganar altura y ataludándose poco antes del remate de los muros. Los cuatro primeros estribos se embeben en parte en la fábrica del crucero; no así los que señalan la soldadura entre los dos tramos finales, que además cuentan con un vierteaguas a media altura.

El tejado [14] es fiel reflejo de la planta: a dos aguas a lo largo de la nave, pasa a tres en cabecera y brazos del crucero mediante el añadido de un faldón.

El cuerpo de luces es regular, a base de ventanas [15] [16] centradas en todos los tramos y el crucero, siempre por el lado sur, mientras el lado norte, como es norma de la tierra, es ciego. Son ventanas adinteladas, con derrame leve al exterior pero más marcado al interior especialmente en el alféizar, para favorecer la entrada de luz. Se cierran con vidrieras contemporáneas de motivos geométricos.

La iglesia dispone de dos accesos. Uno a los pies [17], centrado y cobijado por el cuerpo bajo de la torre. Es amplio, adintelado de dovelas, al interior en derrame y con cañón escarzano. A ambos lados cuenta con aguabenditeras [18] en mármol negro de Mañaria, hemiesféricas entre boceles y remate en sencillo Gólgota.

El otro paso [19] [16] está en el segundo tramo a mediodía. Es igual al anterior, pero de aspecto más sencillo al estar integrado en un muro de mampostería. A su lado nueva aguabenditera [20], ésta de boca poligonal moldurada y sin cruz de remate.

El coro [4] ocupa dos tercios del tramo posterior. Todo él de madera, es adintelado, sobre una sólida viga carrera que se decora en sus extremos con unas largas mensulillas molduradas en cóncavo [21]; encima van los solivos, con el frente en cuarto de bocel, y sobre estos el solado holladero.

El pasamanos presenta tres registros de dientes triangulares [22], dientes que se repiten grabados en su frente superior, no muy visibles bajo varias capas de pintura. Se fragmenta la serie de dientes por cuatro paneles que se corresponderían con unos balaustres principales. Estos y lo que pudiera haber en el resto del frente han sido sustituidos por unos rústicos varales de sección cuadrada.

Se sube a este coro por escalera claustral [21], también en madera, al ángulo suroeste, que no es la original, sino una reposición del XIX, aunque parecen haberse reaprovechado algunos varales quizás del XVII: el de arranque del primer tramo y alguno de los del segundo tramo. Ya en el piso la barandilla que defiende la subida conserva cuatro balaustres principales que son columnitas [23] acanaladas, ligeramente entasadas, con basa y capitel de toros, piezas de apariencia barroca reaprovechada quizás de un coro anterior o de un retablo; una de ellas parece estar colocada cabeza abajo.

La cabecera de la iglesia comunica con la sacristía mediante un paso de dintel monolítico y cañón en leve derrame y escarzano. Es un habitáculo rectangular [24], iluminado con una ventana adintelada de aristas achaflanadas al exterior [25], y al interior ligeramente abocinada repitiendo una vez más el cañón escarzano. Se cubre la estancia con bóveda de lunetos.

Se ha abierto en ella un paso a una estancia [26] alargada, trapezoidal, que abarca toda la cabecera del templo. Se ilumina con tres ventanas adinteladas y se cubre con un cielo raso.

La torre [7] tiene tres cuerpos decrecientes en anchura, los tres muy cohesionados entre sí. Las menguas del muro se señalan por placas lisas, la más alta prolongada por todo el muro de los pies de la iglesia. Remata este fuste en cornisa engolada.

El piso bajo, labrado en sillería, se integra en el pórtico, al que se abre (como al frente) mediante amplios arcos de medio punto [8]. El cuerpo central se ilumina mediante una ventana, que es como los restantes vanos del edificio adintelada y de cañón en derrame y escarzano [7] [27]. El último nivel, también en sillar, es para la sala de campanas. Éstas se alojan en vanos cardinales de medio punto –alterado el frontal para instalar el reloj– marcados por otra placa lisa.

Remata este fuste en cornisa engolada y tejado piramidal. Encima, una cruz-veleta.

Los pisos son de madera, al igual que la escalera de tramos que rampa hasta arriba apoyada en los muros. Se comunica con el templo desde el coro, por paso nuevamente adintelado con cañón escarzano [28] (curiosamente abierto desde la torre hacia el coro, y no al revés como sería lo usual). Éste paso parece haber sido ampliado hacia abajo en algún momento (las dos primeras hiladas de sus jambas son de diferente material al resto), lo que quizás deba relacionarse con una tardía transformación del coro, que habría perdido altura.

Elemento de interés es el pórtico, enlazado con el cuerpo bajo de la torre. A norte y oeste es ciego, salvo por los pasos de entrada [29]. En estas zonas es de tejavana que apea en un escarpe de la fachada (oeste) y en canecillos (norte), y al exterior en los muros de cierre que en parte cuentan con banco corrido.

Al sur la tejavana va sobre canes y algunos mechinales en la pared de la iglesia y al exterior en fustes de madera, que a su vez descansan en murete de mampostería enchapado, con banco y respaldo de reja [30].

Todo el espacio está enlosado con grandes piezas de arenisca, salvo bajo la torre, donde se disponen losas calizas grises [8].

Al estar el templo elevado sobre el terreno circundante frente a la torre desciende una escalinata con las pisas parcialmente encachadas y que en el primer escalón dibuja dos cruces inscritas en círculos [31].

Otra escalinata al norte permite [32] acceder por ese lado al pórtico.

 

Este interesante edificio de San Martín Obispo de Albizu destaca, en primer lugar, por su considerable tamaño en una feligresía que ha sido siempre muy corta, y luego por la dignidad de la fábrica y su unidad de estilo, armonía y cohesión. Sin duda es edificio hecho de un tirón obedeciendo un plan que no se alteró a lo largo del tiempo. Se exceptúa el pórtico, que es obra un siglo posterior al buque del templo, y la aún más tardía estancia de la cabecera.

Nuestra primera noticia sobre la iglesia es de 1385, cuando Pedro Fernández de Olarte, un importante hidalgo local, le hacía una manda testamentaria de “cinco libras de azeyte”. Una década más tarde, en 1396, el canciller Pedro López de Ayala era patrono del templo por concesión de Enrique II, y éste le autorizaba a ceder su patronato al convento de San Juan de Quejana, en el cercano municipio alavés de Ayala1OJANGUREN IRALAKOA, 1999, pp. 37-38, 44..

Pero no hay datos sobre su historia constructiva anterior a mediados de siglo XVIII, si exceptuamos algunas noticias dispersas: en 1686 se rehacía la escalera del campanario, en 1709 se hacía una sacristía, algún retejo2AHEB-BEHA, Parroquia de San Martín Obispo de Orozko - Albizu-Elexaga, Cuentas y visitas de 1674-1765. CONDE FUENTE, 1997, p. 233 .

Poco después estaba muy deteriorado el templo, que debía ser muy humilde. En 1735 la torre amenazaba ruina, por lo que fue apuntalada por “dos postes mayores y diez menores y por cuatro palos”. Ante esta situación el visitador instó a contratar maestro que diese trazas y condiciones para recuperarlo, a costa de los ahorros que tenía la fábrica y del pertinente secuestro de diezmos. En 1739 una escueta nota dice que “se repara la iglesia”. Aquel mismo año realizaba un tanteo el importante maestro cantero Martín de Larrea, que cobraba por ello 40 reales. La obra se inició enseguida, según capitulaciones firmadas en el convento de Quejana, que mantenía el patronato. Pero aunque en 1742 se hacía nueva sacristía poco debían avanzar los trabajos. Así que en 1758, a iniciativa nuevamente de las monjas de Quejana, se firmaba contrato con los maestros canteros Juan de Sorarrain y Martín de Udaquiola para la construcción de las nuevas paredes del templo. Por su parte, el maestro carpintero Domingo de Olabarría Goiriguichía se ocuparía de hacer el pórtico3AHEB-BEHA, Parroquia de San Martín Obispo de Orozko - Albizu-Elexaga, Cuentas y visitas de 1674-1765. CONDE FUENTE, 1997, p. 233.. El historiador Iturriza, que escribía en 1794, decía que la iglesia se reconstruyó –entiéndase que se terminó de reconstruir– en 17674ITURRIZA y ZABALA, vol. I, p. 379..

El resultado fue, como decíamos, un homogéneo edificio barroco. Pero si por su cronología debiera estar imbuido de las maneras rococós, lo cierto es que aquí se optó por un modelo austero, funcional, sin concesiones a la ornamentación.

Durante el siglo XIX hubo algunos cambios, pero no parece que afectaran al buque del templo. El pórtico resultó especialmente complejo. En 1817-1818 el perito Martín de Echábarri, vecino de Arrigorriaga, decía que su tejado amenazaba ruina; se pidió a las monjas que costearan la mitad de la reparación, pero ellas se opusieron alegando que eran patronas de la iglesia pero no del pórtico, que había sido construido por la feligresía y por tanto era de su responsabilidad. Finalmente se llegó a un acuerdo, llevándose el remate Pedro de Larrondo Arana, quien se lo traspasó a Bartolomé de Ugarte. Pero en 1847 se renovaba ese pórtico, tarea realizada por el cantero Antonio de Gorostiza y el carpintero José María de Laburu, ambos de Orozko, colocándose un enrejado adquirido por 987 reales en la bilbaína fabrica de Albia. No debió quedar muy satisfecha la feligresía –o no abarcó la obra la totalidad del pórtico–, porque en 1854-1855 volvía a hacerse, esta vez por el también vecino del valle José María de Meaza, que probablemente reaprovechó las rejas. En 1881 el cantero Manuel de Sagastizabal enlosaba ese pórtico y añadía la escalinata exterior (que ha sido reformada en varias ocasiones), al tiempo que instalaba las aguabenditeras de la puerta de los pies. Por su parte la estancia de la cabecera, lo más modesto del conjunto, se añadiría en 18925AHEB-BEHA, Parroquia de San Martín Obispo de Orozko - Albizu-Elexaga, Cuentas y visitas de 1764-1911. BFAH-AHFB, Municipal, Orozko, 0038/003. CONDE FUENTE, 1997, pp. 233-234..

Tal vez durante todas estas obras del siglo XIX se transformaría el coro, que parece haber perdido altura, aunque reaprovechando piezas anteriores: la balaustrada dentada será del XVI y las columnas parecen del XVII, al igual que algunos de los varales de la escalera de acceso.

1. OJANGUREN IRALAKOA, 1999, pp. 37-38, 44.

OJANGUREN IRALAKOA, Pedromari. Orozko en la Baja Edad Media. Bilbao: Edición del autor, 1999.

2. AHEB-BEHA, Parroquia de San Martín Obispo de Orozko – Albizu-Elexaga, Cuentas y visitas de 1674-1765.

CONDE FUENTE, 1997, p. 233.

CONDE FUENTE, Roberto. Orozko. Estudio histórico-artístico. Bilbao: Diputación Foral de Bizkaia, 1997. (Colección Monografías de pueblos de Bizkaia).

3. AHEB-BEHA, Parroquia de San Martín Obispo de Orozko – Albizu-Elexaga, Cuentas y visitas de 1674-1765.

CONDE FUENTE, 1997, p. 233.

CONDE FUENTE, Roberto. Orozko. Estudio histórico-artístico. Bilbao: Diputación Foral de Bizkaia, 1997. (Colección Monografías de pueblos de Bizkaia).

4. ITURRIZA y ZABALA, vol. I, p. 379.

ITURRIZA y ZABALA, Juan Ramón de. Historia general de Vizcaya y epítome de Las Encartaciones. Ed. de Ángel Rodríguez Herrero. Bilbao: Librería Arturo, 1967 (manuscrito de 1794), 2 vols.

5. AHEB-BEHA, Parroquia de San Martín Obispo de Orozko – Albizu-Elexaga, Cuentas y visitas de 1764-1911.

BFAH-AHFB, Municipal, Orozko, 0038/003.

CONDE FUENTE, 1997, p. 233.

CONDE FUENTE, Roberto. Orozko. Estudio histórico-artístico. Bilbao: Diputación Foral de Bizkaia, 1997. (Colección Monografías de pueblos de Bizkaia).

MOBILIARIO

Además de los elementos mueble conservados, como es habitual tenemos noticias de otros desaparecidos. Así, sabemos que en 1692 se pagaba por la policromía de un “Santo Christo”. En 1826 se pedía a las monjas de Quejana que costearan la construcción de dos altares. Posteriormente se harían otros dos retablitos neogóticos, aún visibles en fotografías de la década de 1980, cuyas mesas marmoreadas, neoclásicas, podrían ser las de 1826 reutilizadas.

Hubo también una imagen de Santo Domingo, un Cristo de marfil adquirido en 1850 “en la almoneda del difunto Dn. Juaquin de Ugarte, para el altar mayor”, un cuadro “de la aparición de Nuestra Señora de la Merced a San Pedro Nolasco”, amén de abundantes piezas de orfebrería y metalistería y ornamentos6AHEB-BEHA, Parroquia de San Martín Obispo de Orozko - Albizu-Elexaga, Cuentas y visitas de 1674-1765, 1764-1911 y 1886-1922. ACOB-KBGA, Expediente de identificación sobre el inventario de bienes de la parroquia San Martín Obispo de Albizu-Orozko, 1960-1961, sign. D2-0145/035. YBARRA Y BERGÉ, 1958, vol. 1, p. 548.CONDE FUENTE, 1997, pp. 233-234..

Retablística

 

El retablo mayor [33] es una estructura de madera compuesta de un cuerpo y remate, en tres calles.

Las laterales se adelantan mediante columnas corintias que sostienen trozos de arquitrabes con friso de roleos y cornisas de dentellones y mensulitas de acantos [34]. Sobre esas cornisas descansan dos angelitos que portan los símbolos episcopales del santo titular: el báculo y la mitra.

Por su parte la calle mayor se mantiene en un plano más rezagado, creándose un juego de planos. Sin una casa propiamente dicha (la imagen titular descansa en una repisa apoyada en dos ménsulas y detrás un sencillo marco), este espacio central enlaza, sin solución de continuidad, con el ático, que es un panel oblongo con un medio punto para un relieve de San Martín partiendo la capa [35] y encima Paloma en tondo de nubes del que arrancan ráfagas.

Como remate hay un frontón curvo y gran jarrón del que se desbordan pesadas guirnaldas que enmarcan el frontón.

La estructura aparece marmoreada, como las columnas, y dorados los motivos ornamentales –incluido el relieve–.

Hasta hace algunos años se conservaba la mesa de altar original, de frente recto enmarcado por ménsulas convexas y cóncavas.

Este retablo es una interesante pieza neoclásica, aunque con la curiosidad de los roleos de su arquitrabe de raigambre barroca. Realizada en madera de roble traída desde el Condado de Treviño (enclave de Burgos dentro del territorio alavés), es obra muy correcta, con un juego de planos consagrado por el neoclasicismo de principios del siglo XIX. Aunque éste se retrasó hasta 1844, siendo su responsable el solvente maestro de obras y tallista de Orduña Juan Bautista de Aldasoro, quien cobró 8.600 reales por él y alguna otra pieza menor7AHEB-BEHA, Parroquia de San Martín Obispo de Orozko - Albizu-Elexaga, Cuentas y visitas de 1764-1911. ACOB-KBGA, Expediente de identificación sobre el inventario de bienes de la parroquia San Martín Obispo de Albizu-Orozko, 1960-1961, sign. D2-0145/035. ZORROZUA SANTISTEBAN, 2003, pp. 142-143. CONDE FUENTE, 1997, p. 235..

Un año más tarde se pagaban 5.500 reales por

“dorar y jaspear los dos cuerpos del retablo mayor, con inclusion de la mesa de altar, tabernaculo, credencias, encarnacion y pintura de dos estatuas, intercolunarios y pavellon de la fachada, executado por el maestro dorador y pintor Don Manuel Basco, vecino de la ciudad de Vitoria, cuyo abanze, condiciones, economia y merito prefirio el cabildo eclesiastico al de otros cinco maestros doradores que lo hizieron”8AHEB-BEHA, Parroquia de San Martín Obispo de Orozko - Albizu-Elexaga, Cuentas y visitas de 1764-1911..

Como puede leerse se hace referencia a la existencia de un “pavellon de la fachada”. Es decir, que el testero del templo estuvo pintado, posiblemente con la representación de un gran telón o cortinaje que cobijaba el retablo al modo que aún puede verse en Gorozika o Etxano.

Volviendo al retablo, la mazonería está al servicio de tres imágenes ajenas al propio mueble, probablemente reaprovechadas de otro retablo anterior hecho en el tercer cuarto del siglo XVII. Son tallas de San Andrés [36] (137 x 51 x 37) y Santo Domingo de Guzmán [37] (136 x 52 x 41) y al centro la de San Martín Obispo [38] (161 x 60 x 35). Su expresión naturalista y la conformación de las vestimentas, acartonadas en los pliegues bajos, encajan bien en la escultura barroca clasicista del momento señalado, en el mismo contexto en que trabajan en este territorio los Alloitiz, Castaños o algún que otro maestro escultor trasmerano activo en la zona de Ayala y Orduña. Fueron repolicromadas también por Manuel Basco en 18459Ibid..

Los retablos de la Virgen del Rosario [39] y de San José [40] se ubican en las capillas del crucero.

Son estructuras iguales, de planta hemiexagonal y organizadas en banco, cuerpo de tres calles y ático. Las calles laterales se quiebran hacia atrás, enfatizando la principal. Van pintadas en gris azulado y con las decoraciones en oro.

El banco es para paneles de cuarterones de ángulos cóncavos con motivos vegetales. Ya en el cuerpo los enmarques son de pilastras cajeadas enriquecidas con guirnaldas, y en la calle mayor frenteadas por columnas compuestas, lisas, que llevan enroscadas helicoidalmente sendas guirnaldas muy delicadas.

El entablamento es de tres niveles superpuestos marcados por ovas y dentellones y remate en trozos de frontón curvo en perspectiva, que ayuda a concentrar la atención en la calle mayor

En el ático [41], ornado con nuevas guirnaldas, el entablamento quebrado sirve de base a tondo de nubes con ráfaga y al centro el Ojo de la Providencia.

La hornacina titular [42] es de sección semicircular y arco en medio punto. Se decora con paneles entre pilastras y su bóveda es de cascos para campos triangulares rebajados. Sobre ella hay un gran espejo entre palmas y con guirnaldas colgantes para anagrama de la Virgen y Sierra de San José [43] respectivamente.

Las casas laterales [44] son simples arcos planos acabados en frontoncillos con un remate vegetal, y para apoyo de las imágenes cuentan con unas ménsulas de perfil mixtilíneo con decoración vegetal y borlón. Sus fondos, repintados en algún momento, aún transparentan una policromía rococó, que se conserva mejor en las hornacinas de los áticos [41] [45] –medios puntos, estos sí excavados–, a base de foresta y fragmentos arquitectónicos.

En el retablo del Rosario hay un sagrario [46] enmarcado por vegetales avolutados abajo y frontón mixtilíneo. La puerta luce el Cordero Místico sobre el Libro de los Siete Sellos y encima ráfaga y Ojo de la Providencia. En el de San José el sagrario no es real, sino tan solo una falsa puerta en la que se labra una Cruz sobre Gólgota [47].

Los dos retablos conservaban sus mesas de altar a juego, pero recientemente la del retablo del Rosario fue trasladada al centro del presbiterio, convirtiéndose en la mesa de celebración [48], mientras que la del de San José fue recortada para transformarla en ambón [49]. Son de perfil sinuoso y llevan decoración de hojarasca realzando los medallones centrales, que son de azucenas y de herramientas de carpintero respectivamente. Su policromía parece del siglo XIX.

Están estos retablos a caballo entre el último barroco y el neoclasicismo. Si la estructura poligonal y la ordenación general de las mazonerías nos llevan al rococó, la decoración vegetal, dentículos, nubes, ráfagas… caen claramente del lado del neoclasicismo. Como es habitual lo epidérmico se adelanta a lo estructural, y los artífices adoptan primero las formas decorativas que la organización del retablo.

Pero lo cierto es que nada sabemos en concreto sobre la historia de estos muebles, salvo que en 1826 se decía que para costearlos la parroquia tomó dinero –10.000 reales– de los fondos de la ermita de Goikiria sin la debida autorización. Se pedía entonces al convento de Quejana que restituyese a la ermita la cantidad tomada, lo que hizo sin demora. Hemos de suponer que la construcción de los retablos sería ligeramente anterior, posiblemente ya dentro del mismo siglo XIX10CONDE FUENTE, 1997, p. 235..

En el retablo del Rosario la titular es una preciosa Virgen del Rosario [50] (113 x 49 x 38), pieza en madera policromada con colores planos sobre nubes y creciente lunar. Posee rostro dulce y paños levemente movidos acordes con la composición. El Niño, por su parte, es muy realista. Es una destacada pieza rococó, de fines del siglo XVIII, y por tanto ligeramente anterior al propio retablo. Lleva corona de plata (13 x 10) de factura un tanto tosca, sin marcas, que parece pieza contemporánea.

En la calle lateral izquierda, sobre una peana que desborda la del retablo, hay imagencitas de la Virgen y San Juan junto al Cristo Crucificado, formando un Calvario [51] (42 x 45 x 23), de principios del siglo XX. Al otro lado un Cristo Varón de Dolores [52] (52 x 21 x 19), sedente, muy mortificado, con las manos atadas por delante, pieza renacentista, pero que sigue modelos tardogóticos, y en la que se combinan una anatomía y cabellos engrosados junto a unos paños aún quebrados. El ático está ocupado por el bulto de San Antonio de Padua [41], con el Niño en brazos, que será ya obra neoclásica.

En el retablo de San José la imagen titular [53] (101 x 38 x 38) es contemporánea, y también lo parece el San Roque [45] del ático. Los bultos restantes son de San Francisco de Asís [54] (61 x 17 x 16), neoclásico y cuya hechura recuerda a la de San Antonio de Padua del retablo gemelo, y de un santo mercedario [55] (56 x 21 x 17), imagencita popular del barroco clasicista, quizás del segundo cuarto del siglo XVII.

Todas las tallas, salvo las contemporáneas, fueron repolicromadas por Manuel Basco en 184511AHEB-BEHA, Parroquia de San Martín Obispo de Orozko - Albizu-Elexaga, Cuentas y visitas de 1764-1911..

Escultura

 

Flanqueando el retablo mayor se conservan relieves de San Juan Evangelista [56] y San Mateo [57] (145 x 79, con marco 172 x 105), encajados en marcos. Madera policromada. Son piezas de calidad, barrocas clasicistas del tercer cuarto del siglo XVII, procedentes posiblemente del mismo retablo del que salieron las tallas del retablo mayor. Los marcos, ya neoclásicos, los hacía en 1844 Juan Bautista de Aldasoro y los policromaba en 1845 Manuel Basco, que también intervino en los relieves (“encarnación y pintura”)12Ibid..

En el mismo presbiterio, al lado del Evangelio, hay otro relieve de San Lucas [58] (90 x 71, con marco 107 x 87). Madera policromada. A diferencia de los anteriores, está sentado y es de formato más pequeño, pero formará parte del mismo conjunto. Hubo un cuarto relieve de San Marcos, hoy perdido. Los marcos de éstos los realizó en 1844 Miguel de Laburu, que también hizo una cruz para la imagen de un perdido Santo Domingo. La policromía, incluida la “encarnación”, fue obra nuevamente de Basco13Ibid..

En el coro, Jesús con la Cruz a cuestas [59] (123 x 49 x 71). Madera policromada. Talla discreta, barroca, del siglo XVII avanzado. En 1845 se pagaba a Basco por “retocar y pintar” la imagen14ZORROZUA SANTISTEBAN, 2001, p. 305. AHEB-BEHA, Parroquia de San Martín Obispo de Orozko - Albizu-Elexaga, Cuentas y visitas de 1764-1911.

En la sacristía, Virgen del Rosario [60] (81 x 32 x 24). Madera policromada. Barroca posiblemente del segundo cuarto del siglo XVIII. Es de calidad considerable, proporcionada en su anatomía y con una esmerada hechura en los ropajes, de rostro fino, aunque mirada algo inerte.

En la capilla del inmediato cementerio, Calvario [61] (Cristo Crucificado 98 x 86 x 26; Virgen 84 x 39 x 25; San Juan 86 x 46 x 26), notable conjunto de madera con algún resto de policromía. Son piezas de canon corto, sobre todo el Crucificado, que rondarán el año 1600, a juzgar por las expresiones contenidas, los rollizos cabellos o los ropajes abultados y de pliegues recios.

Pintura y obra gráfica

 

En la sacristía, grabado de San Roque [62]. Tinta sobre papel. Firmado por Charles Abraham Chasselat y grabado por A. Bosselman, cuya actividad se centró en París en la primera mitad del siglo XIX.

Metalistería

 

Relicario de San Francisco de Borja [63] (21,5 x ø9,7 x ø9,5). Latón. De tipo custodia, con perfil abalaustrado y sol oval para reliquia. Ecléctico de fines del siglo XIX.

En la torre, campana [64] (110 x ø125). Bronce. Romana15BARRIO LOZA, MOLINUEVO ZABALA y ROMANO VALLEJO, 2005, pp. 150-151.. La inscripción sólo puede leerse parcialmente: FUGITE PARTES ADVESE VICIT LEO DE TRIBU…, que parece parte del exorcismo contra las tentaciones conocido como “bendición de San Antonio” (Ecce Crucem Domini! Fugite partes adversae! Vicit leo de tribu Juda, Radix David! Alleluia!, ¡He aquí la Cruz del Señor! ¡Huid enemigos! ¡Venció el león de la tribu de Judá, descendiente de David! ¡Aleluya!).

En la torre, campana [65] (110 x ø133). Bronce. Romana16Ibid.. De la inscripción sólo alcanza a leerse SANCTE FORTIS…, tal vez un fragmento de la antífona Media vita in morte sumus (En medio de la vida, estamos en la muerte).

Herrajes de las puertas [66] [67]. Hierro. Pernios flordelisados y bocalleves caladas que parecen del momento de la refacción del templo (1758-1767).

Cruz-veleta [68]. Hierro. Sobre esfera metálica y base de flejes avolutados, el astil y brazos mayores anillados se unen en un sol, a modo de custodia; la flecha es de cola en banderola. Barroca, hacia 1767.

Otros elementos

 

Pila bautismal [69] (80 x ø82,5). Piedra arenisca. Hemiesférica, lisa, sobre pie redondo rematado en bocel. El modelo responde al siglo XVI, pero dada su sencillez y su repicado es difícil precisar una cronología.

En la sacristía, sacrarium (aguamanil) [70] (85,5 x 45,5). Piedra caliza gris tipo Mañaria. Con depósito en ánfora bulbosa y pila hemiesférica. Tardoneoclásico, fue labrado en 1881 por el cantero Manuel de Sagastizábal, costando 960 reales17AHEB-BEHA, Parroquia de San Martín Obispo de Orozko - Albizu-Elexaga, Cuentas y visitas de 1764-1911..

En la sacristía, sagrario [71] (43 x 32). Madera policromada. Encajado en el muro, procederá de un desaparecido retablo mayor. En la puerta lleva pintado el Cordero Místico sobre el Libro de los Siete Sellos y encima nube con la Paloma. Es una modesta pieza a caballo entre lo rococó y el neoclasicismo, de fines del siglo XVIII. Se halla en mal estado de conservación.

Otro sagrario [72] (54,8 x 41 x 41,5). Sencillo contenedor de madera policromada y marmoreado en tonos ocres. Neoclásico.

En la torre, restos de una hornacina [73]. Madera con algún resto de policromía. Sería parte de un retablo desaparecido, en concreto un dosel en arco de medio punto que por su decoración nos lleva al barroco clasicista de hacia 1600.

Puertas de la iglesia [74] [75]. Madera. Las tapajuntas van talladas en cadena de palmetas. Barrocas, de mediados del XVIII.

En la torre, maquinaria de reloj [76]. Metal. De Esteban de Echevaster, de Vitoria-Gasteiz. Adquirido en 1870, costó 4.000 reales más el coste de acarreo y colocación18Ibid. CANDINA AGUIRREGOITIA y CASANOVAS i LLORENS, 1986, p. 82. CONDE FUENTE, 1997, p. 234..

En el exterior, a los pies del templo mesa [77] de presidencia de las reuniones de la anteiglesia, con banco adosado al muro. De piedra, la tapa parece original, pero no así las patas. Estaría originalmente dentro del pórtico, a resguardo de las inclemencias climatológicas.

Elementos custodiados en el depósito diocesano (orfebrería)

 

Cruz procesional [78] (130 x 68 x 9). Plata en su color con algunos elementos sobredorados. Obra importante de hacia 1530, que perpetua los modelos de las cruces góticas incorporando otros detalles que anuncian el renacimiento en varios motivos decorativos y sobre todo en las formas del Crucificado. No presenta marcas, pero es muy característica de los talleres locales bilbaínos y alaveses del momento. Fue reparada en 1737 y en 186619CILLA LÓPEZ, 2022, vol. 1, p. 141, vol. 2, nº007, vol.4, p. 325. AHEB-BEHA, Parroquia de San Martín Obispo de Orozko - Albizu-Elexaga, Cuentas y visitas de 1674-1765, 1764-1911..

Cáliz [79] (25 x 14 x 15). Plata en su color y sobredorada, en chapa fina. Con pie redondo, exhibe medallones para Cristo, la Virgen y Crucificado, mientras el nudo lleva rosetas y la subcopa símbolos eucarísticos y pasionarios. Presenta marca de localidad (Barcelona, frustra), Presenta marca de localidad (Barcelona, frustra), del platero José Casas (CASAS) y del contraste ¿Juan Baxeras y Rosales? (ByR)20ALONSO BENITO, 2015, p. 298. ALCOLEA GIL, 1981, pp. 158-159, 183 y 190., además de burilada. Tiene inscripción moderna: I.L. de A. Es pieza ecléctica del último cuarto del siglo XIX.

Crismeras [80] (13 x 10,5 x 5). Plata en su color. A modo de cajita para contener los Santos Óleos, tiene forma paralelepipédica y se cierra con tapa de perfil cóncavo convexo, articulada con bisagra. La superficie de ésta y el cuerpo de la caja se decoran con vegetales burilados, a los que acompañan una cruz sobre Gólgota y letra O con flor inscrita. Está punzonada en la base por Martín de Arrieta (M/ARIETA), platero bilbaíno activo entre 1542 y 159821CILLA LÓPEZ, 2022, vol. 1, pp. 221-222, vol. 2, nº132, vol. 3, pp. 18-19..

En la misma caja donde se guardan estas crismeras, se conservan dos ampollas sueltas, una de ellas seguramente neoclásica y la otra neobarroca.

Elementos depositados en el Museo de Arte Sacro

 

Imagen de santo obispo (¿San Martín?) [81] (78 x 23 x 14). Madera con algunos restos de policromía. De factura tosca, muestra a un santo en pie que ase con su izquierda un báculo o bastón. Se cubre con dalmática que cae en marcados pliegues en V y en la cabeza lleva tocado rematado en borla. Es pieza gótica, del siglo XIV. En mal estado de conservación.

Imagen de San Pablo [82] (72 x 22 x 16). Madera con algunos restos de policromía. Pieza que hará pareja con la anterior. En este caso, porta una espada al centro, y se viste con túnica de plegado recto y manto por encima cruzado. Es de rostro inexpresivo y facciones redondeadas. Talla gótica, del siglo XIV. En mal estado de conservación.

Imagen de Cristo Crucificado sobre Gólgota [83] (85,2 x 53 x 23). Madera policromada. De anatomía bien definida, marcando las costillas y cintura levemente, se cubre con perizoma anudado a la derecha, de plegado blando. Ciñe su cabeza la corona de espinas, de gruesos tallos, como lo son también sus cabellos y barba. Todo ello nos lleva al renacimiento romanista, a fines del siglo XVI. En mal estado de conservación.

JMGC – RCL

6. AHEB-BEHA, Parroquia de San Martín Obispo de Orozko – Albizu-Elexaga, Cuentas y visitas de 1674-1765, 1764-1911 y 1886-1922.

ACOB-KBGA, Expediente de identificación sobre el inventario de bienes de la parroquia San Martín Obispo de Albizu-Orozko, 1960-1961, sign. D2-0145/035

YBARRA Y BERGÉ, 1958, vol. 1, p. 548.

YBARRA y BERGÉ, Javier de. Catálogo de monumentos de Vizcaya. Bilbao: Junta de Cultura de Vizcaya, 1958, 2 vols.

CONDE FUENTE, 1997, pp. 233-234.

CONDE FUENTE, Roberto. Orozko. Estudio histórico-artístico. Bilbao: Diputación Foral de Bizkaia, 1997. (Colección Monografías de pueblos de Bizkaia).

7. AHEB-BEHA, Parroquia de San Martín Obispo de Orozko – Albizu-Elexaga, Cuentas y visitas de 1764-1911.

ACOB-KBGA, Expediente de identificación sobre el inventario de bienes de la parroquia San Martín Obispo de Albizu-Orozko, 1960-1961, sign. D2-0145/035.

ZORROZUA SANTISTEBAN, 2003, pp. 142-143.

ZORROZUA SANTISTEBAN, Julen. El retablo neoclásico en Bizkaia. Bilbao: Departamento de Cultura de la Diputación Foral de Bizkaia, 2003.

CONDE FUENTE, 1997, p. 235.

CONDE FUENTE, Roberto. Orozko. Estudio histórico-artístico. Bilbao: Diputación Foral de Bizkaia, 1997. (Colección Monografías de pueblos de Bizkaia).

8. AHEB-BEHA, Parroquia de San Martín Obispo de Orozko – Albizu-Elexaga, Cuentas y visitas de 1764-1911.

9. Ibid.

10. CONDE FUENTE, 1997, p. 235.

CONDE FUENTE, Roberto. Orozko. Estudio histórico-artístico. Bilbao: Diputación Foral de Bizkaia, 1997. (Colección Monografías de pueblos de Bizkaia).

11. AHEB-BEHA, Parroquia de San Martín Obispo de Orozko – Albizu-Elexaga, Cuentas y visitas de 1764-1911.

12. Ibid.

13. Ibid.

14. ZORROZUA SANTISTEBAN, 2001, p. 305.

ZORROZUA SANTISTEBAN, Julen. Pasos e imágenes de Semana Santa en Bizkaia. Bilbao: Departamento de Cultura de la Diputación Foral de Bizkaia, 2001.

AHEB-BEHA, Parroquia de San Martín Obispo de Orozko – Albizu-Elexaga, Cuentas y visitas de 1764-1911

15. BARRIO LOZA, MOLINUEVO ZABALA y ROMANO VALLEJO, 2005, pp. 150-151.

BARRIO LOZA, José Ángel (dir.), MOLINUEVO ZABALLA, María, y ROMANO VALLEJO, María. Bizkaiko kanpaiak / Campanas de Bizkaia. Bilbao: Bizkaiko Foru Aldundia – Kultura Sailak / Diputación Foral de Bizkaia – Departamento de Cultura, 2005. (Colección Inventarios, nº12). Existe versión on line disponible en https://www.bizkaia.eus/Kultura/kanpaiak/index.asp?idioma=CA

16. Ibid.

17. AHEB-BEHA, Parroquia de San Martín Obispo de Orozko – Albizu-Elexaga, Cuentas y visitas de 1764-1911.

18. Ibid.

CANDINA AGUIRREGOITIA y CASANOVAS i LLORENS, 1986, p. 82.

CANDINA AGUIRREGOITIA, Begoña, y CASANOVAS i LLORENS, Teresa (coords.). Relojería pública en Vizcaya. Bilbao: Departamento de Cultura de la Diputación Foral de Vizcaya, 1986. (Colección Inventarios, nº1).

CONDE FUENTE, 1997, p. 234.

CONDE FUENTE, Roberto. Orozko. Estudio histórico-artístico. Bilbao: Diputación Foral de Bizkaia, 1997. (Colección Monografías de pueblos de Bizkaia).

19. CILLA LÓPEZ, 2022, vol. 1, p. 141, vol. 2, nº007, vol.4, p. 325.

CILLA LÓPEZ, Raquel. Investigación y puesta en valor de la platería antigua en Bizkaia. Vitoria-Gasteiz: Servicio Central de Publicaciones del Gobierno Vasco, 2022, 4 vols. (Colección Investigaciones de Patrimonio Cultural, nº4). Disponible en https://www.euskadi.eus/publicaciones-patrimonio-cultural/web01-a2kulonz/es/

AHEB-BEHA, Parroquia de San Martín Obispo de Orozko – Albizu-Elexaga, Cuentas y visitas de 1674-1765, 1764-1911.

20. ALONSO BENITO, 2015, p. 298.

ALONSO BENITO, Javier. Platería. Colecciones del MNAD. Madrid: Secretaría General Técnica, Subdirección General de Documentación y Publicaciones, Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, 2015.

21. CILLA LÓPEZ, 2022, vol. 1, pp. 221-222, vol. 2, nº132, vol. 3, pp. 18-19.

CILLA LÓPEZ, Raquel. Investigación y puesta en valor de la platería antigua en Bizkaia. Vitoria-Gasteiz: Servicio Central de Publicaciones del Gobierno Vasco, 2022, 4 vols. (Colección Investigaciones de Patrimonio Cultural, nº4). Disponible en https://www.euskadi.eus/publicaciones-patrimonio-cultural/web01-a2kulonz/es/