IGLESIA DE SAN PEDRO APÓSTOL
Alto Nervión
Orozko | Bº Murueta
Resumen (PDF)
Murueta sn (48410)
p.sanpedro.orozko@bizkeliza.org
EDIFICIO [1]
Su planta [2] es de dos tramos cuadrangulares, algo mayor el de los pies, precedidos por cabecera ochavada de tres paños a toda la anchura. Por el lado norte se acumulan varios añadidos adosados en diferentes épocas: la sacristía, la capilla de la Piedad y el husillo para acceder al coro, bóvedas y espadaña. Al sur y oeste el pórtico envuelve el templo.
Esta sencillez de planteamiento se refleja en la diafanidad tanto de su interior [3] [4] como de su exterior [1], si acaso algo más confuso por el lado norte (husillo, sacristía, capilla…) [5].
Se apareja en mampuesto recogido con abundante mortero y con sillería en esquinazos, enmarques, exterior de los machones, buena parte del husillo y espadaña. Una cornisa [6] engolada remata los muros (salvo en el husillo). Al interior las paredes están raseadas en blanco en el tramo de los pies [4] e imitando sillería en el central, mientras que la cabecera combina el blanco con pinturas murales en las que nos detendremos más adelante [3]. En esta misma cabecera se excava una hornacina, tal vez el antiguo archivo.
El pavimento es reciente, en madera. El presbiterio se eleva un par de gradas con respecto a la nave.
Los soportes internos son ménsulas [7] [8] de tipo vaso, con perfil de curva y contracurva y faja-capitelillo poligonal que recuerda algunos de los de San Juan de Duluman, en el mismo municipio.
En esas ménsulas descargan los fajones que definen los tramos y los nervios de las bóvedas [3]. Éstas son de crucería con terceletes [9] [10], que se hace estrellada en la cabecera [11]. Un espinazo recorre la iglesia axialmente.
Nervios y fajones son de perfil agudo logrado mediante sucesivos rebajes en nacela. Convergen todos ellos en claves lisas agujereadas para sustentar unos perdidos postizos.
Las bóvedas del primer tramo y cabecera y los paños de ésta presentan uno de los elementos más singulares y llamativos del templo: las pinturas murales [3]. Al centro del presbiterio, sobre el retablo mayor, una Jerusalén sirve de trasera a un Cristo Crucificado de bulto [12]. En la pared sur del ochavo unos densos cortinajes enmarcan la ventana allí abierta [13], repitiéndose las cortinas al norte donde además se pinta una nueva ventana que hace pareja con la real [14]. En ambos lados, por debajo de esos vanos, unos trampantojos dibujan sendas hornacinas que acogen respectivamente figuras de la Iglesia y la Sinagoga. Son pinturas neoclásicas más bien torpes.
Pero en las bóvedas el planteamiento es muy diferente. En el ábside [11] motivos simétricos a candelieri, grutescos, aves, caballeros, desnudos… rodean tondos que acogen ángeles y personajes con los símbolos de la Pasión [15] lanza con la esponja, martillo, tenazas, corona de espinas, cuerda, [16] lanza, escalera, columna, clavos, y quizás una filacteria con un perdido INRI.
En el primer tramo [10] los cascos de la bóveda aparecen perfilados por frisos [17] de aves y candelieri y sobre un fondo de sillería aparecen nuevos tondos para apóstoles y otros personajes bíblicos: vemos al menos a [18] San Judas Tadeo (con alabarda), San Juan Baustista (libro y Cordero), San Andrés (aspa), [19] San Pablo (espada), San Pedro (llaves), [20] Santiago el Menor (maza), Santo Tomás (escuadra), [21] San Bartolomé (espada y libro) y San Juan Evangelista (cáliz y serpiente), junto a otros que no identificamos.
Entre los formeros y una cenefa [22] recorrida por pequeños personajes, caballos, monstruos… están San Marcos [23] (al sur) y San Mateo [24] (al norte). Quizás los otros dos evangelistas junto a otros apóstoles y personajes estarían previstos para ser pintados en el segundo tramo, pero como veremos la construcción de la bóveda de este espacio se retrasó considerablemente, lo que debió llevar al olvido el proyecto pictórico. Sin ser de excesiva calidad, estos murales nos llevan a mediados del siglo XVI y contribuyen a reforzar la unidad estilística de la mayor parte del templo.
Pasando al exterior las presiones de las bóvedas son respondidas por unos sólidos contrafuertes [25] ubicados en la separación entre los tramos y en los ángulos, diagonalmente los de la cabecera y los pies. Son de sección rectangular, con basamento apenas destacado sobre el suelo, zocalo abajo y talud arriba, éste prologado mediante un paralelepípedo hasta la cornisa, solución frecuente en la zona.
El tejado [26] es una sencilla cubierta a dos aguas con faldones a la cabecera.Hay tres ventanas, dos de ellas prácticamente iguales [27] [28] abiertas al ochavo y al primer tramo por la parte de mediodía. De derrame liso presentan una delicada tracería de claraboya: bíforas trilobuladas con burbujas encima. Al exterior se cierran con rejas a modo de celosía de diseño cuadrangular, que parecen del siglo XVII.
La tercera ventana, también al sur, es el habitual vano de asiento [29] [30] que sirve al coro: una luz en mínimo conopio, con guardapolvos y antepecho moldurados en sencillo chaflán –este último asoma bajo la tejavana del pórtico [31]–. Junto a ella se encastra en el muro un sillar tallado con una moldurita listelada, elemento de origen incierto reaprovechado como material de relleno.
Se entra a la iglesia por dos accesos. El principal [32] se sitúa a los pies, en el eje del templo. Es un ingreso en medio punto generado por dovelas dispuestas en abanico. Al interior [33] es escarzano, conservando los quicios. A su lado se dispone aguabenditera [34] semiesférica con brocal marcado por bocel.
El otro [35] se descentra en el segundo tramo, quedando una de sus jambas semioculta bajo un contrafuerte, evidenciando que el plan renacentista alteró la disposición anterior, tardogótica. Es conopial, conformado igualmente por dovelas radiales y con túnel escarzano con quicios. En el machón se encaja otra aguabenditera [36], en mármol negro con placa para Gólgota, un añadido tardío, posiblemente de muy avanzado el siglo XIX. Sobre esta puerta hay un nicho en medio punto cegado, que en otro tiempo acogió la imagen titular del templo1YBARRA y BERGÉ 1958, vol. 2, lám. 1.126.. [37]
El coro [4], en madera, ocupa aproximadamente un tercio del tramo de los pies. Descansa en una viga decorada con rollos en los extremos [38]. El antepecho es de varales torneados, algunos renovados. Se accede a él por el husillo, mediante paso adintelado, aunque parece que en algún momento se subía a él por escalera dispuesta en el ángulo suroeste, donde el suelo del coro ha sido modificado para cerrar una trampilla.
El mencionado husillo [39] es un cuerpo prismático con un leve zócalo que se levanta en el extremo noroeste del edificio. Su aparejo, que combina sillería y mampuesto, muestra una cornisilla parcial cerca de su remate y en este dos sillares moldurados que hacen pensar en alguna imprecisa alteración de esta parte alta. Se accede a él desde el bajocoro por paso adintelado [38], y acoge escalera de caracol de banzos de madera anclados en nabo recto de tronco de roble [40] iluminada mediante unos pequeños vanos aspillerados.
La sacristía tiene comunicación con la iglesia por paso adintelado abierto al primer tramo al lado evangelio [3]. Es un habitáculo escaso, resuelto en mampuesto, cubierto con un cielo raso; se ilumina por moderna ventana adintelada a levante. Se prolonga en una exigua habitación tras la capilla de la Piedad.
Esta capilla de la Piedad [41] se abre a la iglesia por arco apuntado y se cubre con bóveda de aristas. Un paso adintelado la comunica con un trastero que en otro tiempo fue minúscula capilla bautismal, y otro la comunica con la sacristía.
También por el husillo se sube a la espadaña [42]. Ésta, al eje de los pies, es de dos cuerpos de dos y un vano de medio punto sobre impostas lisas; remata en frontón triangular entre pináculos piramidales, más cruz de hierro arriba.
El pórtico [43] cierra los lados sur y oeste. En el muro de la iglesia asienta en una serie de canes en cuarto de bocel –que se extienden por la cabecera [25], aunque aquí el espacio apenas permitiría el desarrollo de un porche–, y al exterior en pies derechos que apean en murete con banco corrido, recrecido hasta cerrar toda la altura en la pared al sur.
Lo más interesante de este “cimenterio” es su pavimento [44], un encachado bien conservado que a base de cantos y trozo de teja conforma dibujos de figuras geométricas variadas, como laberintos, estrellas, hexafolias, etc.
La iglesia se documenta en 1385, cuando Diego Fernández de Olarte dice en su testamento poseer parte de su “debysa” –es decir, de sus diezmos–. Más tarde el patronato del templo recaería en los Ayala, convertidos en señores del valle de Orozko. No obstante, algunas de las principales familias locales mantendrían una fuerte vinculación con el templo, y así en 1450 Lope Sáenz de Anuzibai pedía ser enterrado en Murueta y donaba dinero para “que se me saque en la dicha iglesia de San Pedro dos treintanarios continuados de cada treinta misas los dos clérigos de la dicha iglesia”2OJANGUREN IRALAKOA, 1999, pp. 42, 51.. Pero nada de lo que hoy vemos puede remontarse a esas fechas –excepción hecha de la talla titular, que será de mediados del XIV–.
La renovación prácticamente integral del edificio medieval se puso en marcha en el segundo tercio del siglo XVI, en un neto estilo renacentista aunque incorporando algunos arcaísmos: el acceso sur y la ventana del coro, en arco conopial, elementos tardogóticos –aunque muy evolucionados en ambos casos– que sin embargo entre nosotros se resistieron a desaparecer hasta casi mediado el XVI.
En cualquier caso, el cantero de Nabarniz Juan Martínez de Urriola y Urzaa (o de Urzaa y Urriola) cobraba por sus trabajos al menos desde 1539, si bien parece que sólo en 1545 se firmó un contrato. En 1551 el visitador recibía las cuentas de la obra: 216.750 maravedíes, pagados al citado cantero –por cierto, que parte del pago se realizó en cántaras de sidra-3AHEB-BEHA, Parroquia de San Pedro Apóstol de Orozko - Murueta, Cuentas, inventarios y visitas, 1547-1604, sign. 2989/002-02. LABAYRU y GOICOECHEA, 1968-1972, vol. 4, p. 239. .
Pero no se levantó entonces la totalidad de la iglesia. En 1618 el corregidor visitaba el templo y declaraba que
“pareçe es toda de piedra y manposteria, con sus estrivos buenos de çillareria y manposteria. Tiene un ochavo (ábside) y junto a el una capilla (primer tramo) grande y buena con sus arcos y clabes de piedra, y… lo rrestante (segundo tramo) esta a texavana, y tiene elexido arcos para otra capilla (segundo tramo) de mayor tamaño y distancia. Y con ella se conponen de todo el cuerpo de la dicha yglessia de manera que echa la dicha capilla constar de un ochavo y dos capillas”4BFAH-AHFB, Judicial, Corregidor, Civil, sign. JCR0485/006..
Es decir, que aún quedaba por abovedar el segundo tramo, cubierto “a texavana” (posiblemente con la estructura del tejado vista), aunque parece que ya estaban planteados sus soportes: “tiene elexido (erigidos?) arcos para otra capilla”. No sabemos cuando se cerró ésta, pero lo cierto es que se hizo siguiendo con un absoluto respeto lo ya construido.
Por esos años del inicio del XVII se iban añadiendo al templo los complementos. En 1597 se planteaba el allanamiento y empedrado del cementerio, aunque parece que las obras se retrasaron hasta 1603-1605. En 1618 mandaba el visitador que se hiciera sacristía, repitiéndose en 1629 –entonces daba permiso para vender las colmenas de la fábrica y así recabar algunos fondos–, pero los trabajos se pospondrían hasta 1636, ocupándose de ellos Tomás de Vitorica, cantero del valle de Laudio/Llodio (Álava) con el que en 1640-1642 tuvo la feligresía un contencioso por ausentarse sin concluir su cometido; participaron también los carpinteros Martín de Recalde y Gerónimo de Aresala5AHEB-BEHA, Parroquia de San Pedro Apóstol de Orozko - Murueta, Cuentas, inventarios y visitas, 1547-1604, sign. 2989/002-02; Cuentas, 1601-1716, sign. 2990/001-00; Papeles varios, sign. 2993/003-00..
Aunque se hablaba de obras en el campanario en 1561 y 1597, en 1618 aún no existía (“no ay torre en la dicha yglesia y las dichas canpanas estan baxas que se pueden alcançar del suelo, colgadas en el portal de la dicha iglesia”). Sólo en 1642 el cantero Juan del Campo se comprometía a realizar la espadaña “de piedra labrada a picon con tres arcos donde se puedan afixar y poner las tres canpanas […] y una cruz de piedra al rematte della”. En 1644 se colocaban esas campanas, y Juan de Goicoechea cobraba 16 reales por poner la cruz de hierro –que no de piedra–6Ibid..
En 1738 había problemas con las bóvedas, redactando un plan para asegurarlas el carpintero Mateo de Entrambasaguas y el cantero Ignacio de Sagarmínaga –entre otras cosas proponían reforzar la bóveda mediante un nuevo estribo en el flanco norte–. No parece que se hiciera nada, y en 1757 una parte de la bóveda hacía ruina, reconociéndola Francisco de Amirola, cantero, y reparándose a continuación7AHEB-BEHA, Parroquia de San Pedro Apóstol de Orozko - Murueta, Cuentas, inventarios y visitas, 1716-1796, sign. 2991/003-00..
En los siglos posteriores lo único edificado ha sido la capilla de la Piedad: un sencillo espacio neomedieval construido en 1907.
El templo fue rehabilitado en 1998-1999.
Aunque modesta en dimensiones, esta iglesia es una pequeña joya, de lo más lucido de la arquitectura renacentista de la comarca. Su unidad de estilo –a pesar de que como hemos visto el abovedamiento de uno de sus tramos se hizo esperar– y lo delicado de sus detalles formales (ménsulas, bóvedas, ventanas) hacen de Murueta un edificio notable. Sin llegar al nivel de la cercana iglesia de San Juan de Duluman, con la que compartía patrono, es evidente la semejanza en muchos aspectos, lo que nos hace pensar en un mismo equipo de canteros.
Pero a esta unidad estilística y calidad formal Murueta añade la singularidad de su decoración pictórica. Ocultas durante mucho tiempo, rescatadas gracias a la restauración de 1998-1999, son uno de los más interesantes conjuntos de pintura mural renacentista conservados en Bizkaia. A ellas se añadirían ya en el XIX las de las paredes del presbiterio, mucho más discretas, pero que ayudan a dar al templo una vistosidad sorprendente en un entorno rural como el de Murueta.
1. YBARRA y BERGÉ 1958, vol. 2, lám. 1.126.
YBARRA y BERGÉ, Javier de. Catálogo de monumentos de Vizcaya. Bilbao: Junta de Cultura de Vizcaya, 1958, 2 vols.
2. OJANGUREN IRALAKOA, 1999, pp. 42, 51.
OJANGUREN IRALAKOA, Pedromari. Orozko en la Baja Edad Media. Bilbao: Edición del autor, 1999.
3. AHEB-BEHA, Parroquia de San Pedro Apóstol de Orozko – Murueta, Cuentas, inventarios y visitas, 1547-1604, sign. 2989/002-02.
LABAYRU y GOICOECHEA, 1968-1972, vol. 4, p. 239.
LABAYRU y GOICOECHEA, Estanislao Jaime de. Historia general del Señorío de Bizcaya. Bilbao: La Gran Enciclopedia Vasca, 1968-1972 (edición original de 1895-1903), 8 vols.
4. BFAH-AHFB, Judicial, Corregidor, Civil, sign. JCR0485/006.
5. AHEB-BEHA, Parroquia de San Pedro Apóstol de Orozko – Murueta, Cuentas, inventarios y visitas, 1547-1604, sign. 2989/002-02; Cuentas…, 1601-1716, sign. 2990/001-00; Papeles varios, sign. 2993/003-00.
6. Ibid.
7. AHEB-BEHA, Parroquia de San Pedro Apóstol de Orozko – Murueta, Cuentas, inventarios y visitas, 1716-1796, sign. 2991/003-00.
MOBILIARIO
Una vez más hemos de lamentar la desaparición de elementos a lo largo de los siglos. Como las imágenes del Rosario y Santa Catalina que se mencionaban en 1618, que probablemente serían las mismas que en 1791 “se encontraron mui maltratadas y ridiculas”, por lo que el visitador mandó que se deshicieran y se enterrasen sus pedazos dentro de la misma iglesia –al ser objetos consagrados no debían salir de tierra consagrada–. O las tallas de San José, San Antonio de Padua y la Virgen de los Dolores adquiridas en 18518BFAH-AHFB, Judicial, Corregidor, Civil, sign. JCR0485/006. AHEB-BEHA, Parroquia de San Pedro Apóstol de Orozko - Murueta, Cuentas, inventarios y visitas, 1797-1966, sign. 2994/003-00.. Más frecuentes aún que las referencias a desaparecidos retablos, esculturas o pinturas son las que nos hablan de ornamentos y orfebrería.
Retablística
El retablo mayor [45] es una estructura arquitectónica en madera policromada, con banco, un cuerpo para una sola calle y ático. Está marmoreado en diferentes colores y con los elementos decorativos dorados.
La calle, entre laterales de pilastras cajeadas, se adelanta mediante columnas de capiteles corintios [46] y acoge una casa adintelada con sencillo marco listelado. Un entablamento de molduras lisas y línea de dentículos da paso al ático [47], un frontón semicircular casetonado para florones que acoge ráfaga de rayos rectos en torno al símbolo del Uno y Trino.
Bajo el nicho, asentado en escalones, se conserva el sagrario-ostensorio [48], que es una bella estructura en redondo, templete aéreo de columnas jónicas que soportan la cúpula. La parte superior sirve de manifestador, mientras la inferior acoge el sagrario propiamente dicho, con puertecilla decorada con custodia grabada y policromada y remate en frontón triangular.
Todo el retablo se acoge entre las pinturas murales descritas más arriba [3]: el remate sobre el ático para la visión de Jerusalén, y sobre todo a los lados los cortinajes, la falsa ventana al norte y las hornacinas que aumentan la dimensión del retablo.
El conjunto resultante es de lo más interesante de su género en Bizkaia, no sólo por la belleza del diseño y bondad de ejecución, sino por el “suplemento” pictórico, de menor calidad pero muy adecuado y además infrecuente en el territorio. Las figuras representadas en las hornacinas, la Sinagoga y la Iglesia, revelan la discreta preparación del pintor, que resulta algo más experto en la ficción de perspectivas y en plasmación de cortinajes.
La construcción del retablo se aprobaba en una asamblea celebrada por los parroquianos el 7 de diciembre de 1829, confiándose su ejecución a Antonio Ruigómez y Arana, pintor y dorador vecino de Bilbao, por 8.000 reales. Luego, al añadirse el suplemento de las pinturas murales, el presupuesto alcanzaría los 9.570 reales. Las tallas –el titular y el Cristo Crucificado [49] que remata el ático, situado ante la pintura de Jerusalén–, fueron realizadas por el escultor Pedro de Venero, cobrando 1.180 reales.
Tasaría todo ello Manuel de Eguía, arquitecto, que recibió 30 reales por su cometido9Ibid. ZORROZUA SANTISTEBAN, 2003, pp. 132-133..
La actual talla titular [50] (162 x 60 x 41) no es sin embargo la realizada por Venero, hoy guardada en la sacristía, sino una muy anterior. Es una importante pieza en madera policromada de carácter monumental, un San Pedro papa, sedente en su cátedra, de composición simétrica con finas telas de textura blanda que nos llevarán hacia 135010MUÑIZ PETRALANDA, 2011, pp. 148-149.. Esta imagen estuvo en otro tiempo instalada en la hornacina hoy cegada sobre el acceso del lado sur [37].
En los laterales del primer tramo el presbiterio se conservan los retablos de la Virgen del Rosario [51] (lado Evangelio) y San Pedro [52] (lado Epístola), iguales entre sí.
En madera policromada en azul y con los detalles decorativos en oro, se conforman con banco, un cuerpo de una calle y ático. La decoración es a base de profusa vegetación. El nivel del cuerpo, flanqueado por pilastras cajeadas con guirnaldas, se adelanta mediante columnas compuestas salomónicas que enmarcan una casa en medio punto, que en el del Rosario [53] es para nuevo follaje al intradós y grabado en el fondo, y en el de San Pedro [54] avenerada. En ambos casos remata todo en gran tarjeta vegetal.
Sobre un entablamento quebrado y con canecillos avolutados el ático [55] utiliza pilastras como elementos estructurales; van entre roleos, con más guirnaldas y remate en frontón curvo con nueva cartela y flameros.
Ambos retablos, de pleno barroquismo, datarán de principios del XVIII, cronología corroborada por la adquisición de la talla de San Pedro, en cuyo asiento contable se especifica que es “para colocar en el colateral nuevo que en su altar se ha hecho11ZORROZUA SANTISTEBAN, 1998, pp. 318-319..
Preside su retablo una Virgen del Rosario [53] (94 x 32 x 25) de madera policromada, interesante pieza romanista de los años finales del siglo XVI. Al ático va un lienzo con una discreta Inmaculada [55], ésta sí de la época del retablo.
El titular del otro retablo es el mencionado San Pedro [54] (87,5 x 52 x 24) en madera policromada, discreta talla de amplios paños quebrados en aristas, pensada para sacar en procesión. Aunque buscando ya el dinamismo, aún resulta algo rígida sobre todo en las telas. Se compraba en 1711, pagándose por él 150 reales y dos años más tarde otros 170 por su policromía12AHEB-BEHA, Parroquia de San Pedro Apóstol de Orozko - Murueta, Cuentas, visitas e inventarios, 1601-1716, sign. 2990/001-00.. Arriba va nuevo lienzo con San Ramón Nonato [56], de calidad pareja a la Virgen del ático del otro retablo.
Estos dos retablos contaban con mesas de altar que en la rehabilitación de la iglesia realizada en 1998-1999 fueron recortadas y reensambladas para reconvertirlas en altar de celebración [57] y ambón [58]. Son sencillos tableros marmorizados, decorados con laurea a ambos lados mayores en la mesa, flanqueados por pilastrillas para guirnaldas y botón floral. Modestas piezas tardoneoclásicas, de mediados del XIX (en 1848 se hacía la “traslacion de los colaterales”, momento que bien pudo aprovecharse para instalar estos muebles)13AHEB-BEHA, Parroquia de San Pedro Apóstol de Orozko - Murueta, Cuentas y visitas, 1797-1966, sign. 2994/003-00..
El retablo de la Piedad [59], en la capilla de su nombre, consta de un sencillo banco, un cuerpo y ático, en madera policromada. Al banco hay decoración de roleos vegetales, mientras que el cuerpo, flanqueado por columnas y semicolumnas compuestas, es para un doble nicho de medio punto con intradós para florones y alrededor series de hojitas y baquetones anillados.
Sobre entablamento de canecitos de acantos va el ático. Entre pilastras para guirnaldas, es para casa definida por nuevo baquetón anillado. Un frontón escarzano culmina en flamero, que podría ser un añadido del siglo XIX.
El mueble resulta propio del barroco clasicista del segundo tercio del siglo XVII en cuanto a tipología y decoración, que quiere ser ya naturalista.
Las tallas sin embargo son de diferentes momentos. La Santa Lucía [60] (105,5 x 41 x 27) es de estirpe romanista avanzada, de fines del XVI. El San Blas [61] (117 x 40 x 16) es una discretísima pieza barroca del siglo XVIII, muy popular. Por su parte, la Piedad [62] (84 x 55 x 30) del ático es una importante imagen tardogótica, de hacia 1515-1520. Obra interesante por su composición, la emotividad de la Virgen y los plegamientos de los paños, ya al borde del renacimiento. La policromía no es la original –será de la época del retablo, lo mismo que la Cruz y la recreación de Jerusalén pintadas tras la imagen-14MUÑIZ PETRALANDA, 2011, pp. 19, 90, 94-95, 218-219, 293; CD pp. 156-158..
El retablo tiene mesa [63], de frente alabeado, con pintura al centro del Cordero Pascual en un tondo entre cortinajes. Es pieza rococó, aunque su decoración anuncia ya las maneras neoclásicas.
Todo ello fue instalado en la capilla en 1907 por los carpinteros Antonio de Llano y José de Urquijo15AHEB-BEHA, Parroquia de San Pedro Apóstol de Orozko - Murueta, Cuentas y visitas, 1797-1966, sign. 2994/003-00..
Escultura
En la capilla de la Piedad, Virgen Inmaculada [64] (69 x 25 x 23). Madera policromada. Pieza interesante por su tipología poco frecuente en Bizkaia. Remite al modelo de Inmaculada de Gregorio Fernández, aún seco y acartonado en algunos aspectos, si bien ya alejándose de la rígida simetría, tal como vemos en el ampuloso manto. Conserva una interesante policromía de clavelinas, de paleta típicamente contrarreformista. Barroca, de finales del siglo XVII.
Junto al retablo mayor, Virgen del Rosario [65] (126 x 60 x 52). Madera policromada. Es una interesante talla de paños movidos y duros. Barroca, del tercer cuarto del siglo XVIII.
Lleva corona [66] (28,5 x 19,5), de plata en su color. Tiene cuatro imperiales y decoración de hojas y florones, rematada en esfera y crucecita. Pieza correcta, que será contemporánea a la talla que la porta o ligeramente posterior, sin marcaje.
Junto al retablo mayor, San José con el Niño [67] (120 x 73 x 31). Madera policromada. De factura no muy diestra, resulta de escasa expresividad, con alguna desproporción anatómica y telas blandas aunque poco naturales. Barroca, de la segunda mitad del siglo XVIII.
En la sacristía, Virgen Dolorosa [68] (63 x 37 x 16). Madera policromada, de paños muy ondulantes. Representada de tres cuartos, tiene gesto ausente, mientras sujeta con las manos al centro el manto y pañuelo, y lleva clavada una gran daga en el pecho. Pieza popular, acaso barroca del siglo XVIII.
En la sacristía, San Antonio de Padua [69] (124 x 70 x 47). Papelón. Pieza de muy modesta calidad. Barroca popular, del siglo XVIII.
En la sacristía, San Miguel [70] (120 x 70 x 50), procedente de la cercana ermita de su advocación. Madera policromada. De acusado dinamismo y hechura notable. Está en muy mal estado de conservación, aunque actualmente está siendo restaurada.
Repite la composición de otros San Migueles barrocos, y de hecho guarda bastante similitudes con algunas piezas, como el San Miguel de la catedral de Santiago (Bilbao). Es obra barroca, de calidad, del siglo XVIII.
En la sacristía, San Pedro [71] (162 x 60 x 41). Madera policromada. Obra bien resuelta en proporcionalidad, de cierta calidad. Es la talla neoclásica que realizara Pedro de Venero en 1829-183016Ibid. ZORROZUA SANTISTEBAN, 2003, pp. 132-133..
Pintura
La Institución de la Iglesia o Jesucristo entregando las llaves a San Pedro [72] (340 x 302, con marco 380 x 342). Óleo sobre lienzo. Tema y composición que encuentra sus antecedentes más conocidos en la obra del mismo nombre de Pietro Perugino (h. 1482), pero que se mantuvo en boga durante los siglos posteriores (Willen van Herp, Guido Reni o Rubens). Pintura barroca de gran calidad y esmerada paleta. Llegó de Flandes en 1687, junto con otro lienzo conservado en la iglesia de San Juan de Zubiaur17BARRIO LOZA, sf 3..
Virgen del dedo [73] (64 x 47; con marco 83 x 67). Óleo sobre lienzo. Imagen de busto de la Virgen, con la cabeza ligeramente inclinada, manos cruzadas dejando asomar un dedo y manto azul, todo sobre un fondo neutro iluminado suavemente. Repite el conocido modelo de Carlo Dolci y otros pintores de la escuela florentina de los siglos XVII y XVIII. Obra de interés, en mal estado de conservación. Barroco, fines del siglo XVII. El marco es de época, de hojas carnosas y vides.
La Piedad, las Ánimas del Purgatorio y ¿San Joaquín y Santa Ana? [74] (94 x 62; con marco 112,5 x 79,5). Óleo sobre lienzo. Se representa en dos planos, por un lado, la Virgen de la Piedad con Cristo en su regazo, y en la parte inferior los que podríamos identificar como Santa Ana y San Joaquín rescatando almas. Pintura de modesta ejecución, interesante por lo infrecuente de esta composición iconográfica. En muy mal estado. Barroco, siglo XVII.
San Francisco y San Antonio de Padua [75] (96,5 x 64,5). Óleo sobre lienzo. Obra de paleta oscura, iluminándose desde arriba por trío de cabecitas de querubines. En muy mal estado. Barroco, siglo XVII.
Orfebrería
Custodia [76] (60 x ø14,2 x ø33). Plata y latón. Pieza moderna, que parece reaprovechar el fuste de un candelero, de gusto neoclásico, para encajarle el sol, de rayos rectos desiguales, con el expositor al centro, éste rodeado por cúmulo de nubes, sobre espigas y uvas. Sin marcas o sellos. Siglo XIX.
Ya hemos mencionado la corona [66] de la imagen de la Virgen del Rosario.
Metalistería
Plato petitorio (dinanderie) [77] (ø39,5 x 3). Latón. Con motivo de rosa de pétalos girados en el umbo. Lleva inscripción rodada, ilegible por desgastada. Pieza flamenca, tardogótica, de hacia 150018CILLA LÓPEZ, 2022, vol. 1, p. 229, vol. 2, nº14-M..
Dos candelabros de nudo cúbico [78]. Latón. Neoclásicos, de la primera mitad del siglo XIX.
Cruz procesional [79]. Latón. De brazos y nudo cilíndricos, con resplandor de rayos rectos. Tardoneoclásica, Posiblemente la comprada a Leoncio Meneses en 1869.
Campana [80] (82 x ø104). Bronce. Romana. Inscripción ilegible19Ibid..
Campana del Ave María [81] (83 x ø98). Bronce. Romana. Decorada con cruz sobre Gólgota. Lleva inscripciones: MARIA IOSEPH ECCE CRUCEM HOMINI IT… ADEVERSIS AÑO… y ABE MARIA GRACIA PLENA DOMINUS TECUM BENEDICTA TU INT MULIERIBUS20Ibid..
Puerta de archivo [82]. Hierro. Cierra la hornacina de la cabecera. Será la que se hacía, con cuatro llaves, en 163421AHEB-BEHA, Parroquia de San Pedro Apóstol de Orozko - Murueta, Cuentas, visitas e inventarios, 1601-1716, sign. 2990/001-00..
Herrajes de la puerta sur [83]. Hierro forjado. Pernios flordelisados, modelo frecuente en la segunda mitad del siglo XVIII.
Ornamentos
Dos dalmáticas [84] con sus dos collarines y casulla [85]. Sobre base de terciopelo negro y carmesí, lleva labor bordada con oro e hilos de seda en el faldón y bocamangas, y en la franja central de la casulla. Presenta tondos correiformes para calaveras, y alrededor alguna cruz, hojas y zarcillos; en la casulla se alternan los tondos con parejas de tibias cruzadas. Es una labor bastante culta de finales del siglo XVI o comienzos del siglo XVII. No conocemos dónde se confeccionó, pero vecino del mismo Orozko era el broslador Hernando de Zubiaur, activo en distintas partes del territorio en aquel tránsito de centuria22CILLA LÓPEZ, 2021-2022, p. 126-127..
Casulla [86] con manípulo. Tejido labrado compuesto por una base de tisú de seda color marfil adamascado, en el que se entretejen en desarrollo ondulante una serie de flores y ramilletes en hilos de sedas de colores y metálicos. Le acompañan galones de pasamanería en hilo de oro. Prenda fina del último tercio del siglo XVIII.
Casulla [87]. Tejido labrado, acanalado y de trama espolinada, en color verde, sobre el que discurren verticalmente meandros de grupos de flores, hojas y bandas, trabajados en hilos de seda verdes, blancos y rosados. Finales del siglo XVIII
Casulla [88]. Confeccionada en damasco verde, con motivos vegetales, su diseño es heredero de los conocidos damascos de palma popularizados desde el siglo XVIII, aunque en este caso será del XIX.
Capa pluvial [89]. Tejido de espolín labrado acanalado en color marfil, con flores, ramas, a modo de guirnaldas, ocupando toda la superficie. Por su diseño, técnica y tipo de tela, permite asociarlo a la manufactura valenciana. Concretamente se trata del modelo Carpio de la casa Garín e Hijos. Siglo XIX.
Otros Elementos
Pila bautismal [90] (98,5 x ø85,5). Piedra arenisca. De panza semiesférica, tal vez sea la que se tallaba en1639, aunque está repicada.
En una estancia anexa, banco [91] (94,5 x 183 x 42). Madera. Labrado con motivos populares, probablemente será del siglo XVIII.
En la sacristía, ara [92] (34 x 35 x 4). Piedra (mármol) policromada. Aunque se trata de un elemento tipológicamente muy estandarizado, en este caso destaca por su policromía barroca, probablemente del siglo XVIII.
Elementos de interés etnográfico
Campanilla [93] (27 x ø13). Bronce con mango de madera. Elemento muy popular, quizás de fines del siglo XVIII o ya del XIX.
En la sacristía, calendario de misas perpetuales [94] (63 x 63 x 5,5). Tabla pintada con las misas ofrecidas de julio a diciembre, de forma perpetua. Los fieles encargaban realizar estas misas en determinadas fechas del año para rememorar la muerte de un vecino o de un benefactor vinculado al templo. Podían ser misas rezadas o cantadas, según manifestaba generalmente la familia o según había dejado dicho el interesado. Siglo XIX.
En la sacristía, urna domiciliaria [95]. Madera y escayola. Armarito que acoge imagen de la Virgen Milagrosa / Inmaculada. Mediados del siglo XX.
Elementos custodiados en el depósito diocesano (orfebrería)
Cruz procesional [96] (105 x 64 x 16). Plata en su color y sobredorada. Es de tipo liriforme, con cuatro brazos iguales que convergen en cuadrón redondo, pie con macolla esférica aplastada y enchufe cónico, éste de cobre. Se cubre con decoración de veneras, tornapuntas, figurillas repujadas… además de distintas historias y Evangelistas en los medallones. Es una importante pieza manierista, sin punzones, que pudo labrarse en talleres bilbaínos o vitorianos en torno a los años 1560-157023CILLA LÓPEZ, 2022, vol. 1, pp. 191-193, vol. 2, nº56, vol. 3, pp. 10, 53, 106. MUÑIZ PETRALANDA y GARCÍA URIBE, pp. 5-6..
Hostiario [97] (18 x ø10 x ø10). Plata en su color, sobredorada por el interior de la caja. Tiene pie redondo y caja cilíndrica cerrada con tapa cónica, algo cóncava. Se decora con acantos repujados, roleos, cabezas de angelitos e inscripción en el contenedor en capitales (ECE AGNVS DEI QVI TOLIS PECATA). Es excelente pieza manierista de las décadas centrales del siglo XVI, sin marcas, pero cercana al trabajo del platero orduñés Pedro de Uzquiano24CILLA LÓPEZ, 2022, vol. 1, pp. 225-226, vol. 2, nº71..
Cáliz [98] (25 x ø17 x ø9). Plata sobredorada. Magnífica pieza clasicista, lisa, con pie redondo y astil abalaustrado con nudo en jarrón sobre el que va una ristra de perlas. Lleva en el reverso del pie marcas de localidad (Bilbao) y del artífice Diego Gardoqui (D/GARDOQVI) -dos, una de ellas muy pulida–. En el borde lleva inscripción: ESTE CALIZ MANDO HAZER DIEGO DE OLARTE PARA LA IGLESIA DE S. PEDRO DE MURUETA. El donante, natural de Orozko, residía en Madrid y después se marchó a Perú desde donde hizo la donación. El cáliz fue consagrado en 162325AHEB-BEHA, Parroquia de San Pedro Apóstol de Orozko - Murueta, Cuentas, visitas e inventarios, 1601-1716, sign. 2990/001-00. CILLA LÓPEZ, 2022, vol. 1, pp. 37, 102-103, 267, 393, vol. 2, nº221..
Cáliz [99] (25,2 x ø14 x ø8). Plata en su color y sobredorada. Tiene perfil típicamente clasicista, con pie redondo, astil abalaustrado, nudo con toro y copa lisa señalando la subcopa. Presenta dos marcas de artífice frustras en el reverso del pie Matías Villar (M/VILLAR/S), activo en Bilbao entre 1683 y 174126CILLA LÓPEZ, 2022, vol. 2, nº279..
Cáliz [100] (23,5 x ø13,2 x ø7,3). Plata en su color. Es de perfil esbelto y elegante, silueta balaustral con nudo aperado, y copa alargada. Tiene la superficie pulida lisa, salvo en el pie que muestra finos burilados de hojas a modo de guirnaldas y una crucecita. Carece de marcaje, pero será del último cuarto o fines del siglo XVIII.
Relicario [101] (18 x ø8). Plata en su color. Es de tipo expositor, de forma oval, con grupos de rayos rectos alrededor de medallón con Crucifixión. El pie es liso con adorno de hilera de perlas y símil de cordoncillo, y el astil estriado levemente cóncavo. Lleva inscripción de propiedad de San Pedro de Murueta, Orozko (Sº Pº Mta / Oco), y marcas del platero Tiburcio de Calzada (CALZADA) y de comprobación de ley. Tardoneoclásico, de 186727AHEB-BEHA, Parroquia de San Pedro Apóstol de Orozko - Murueta, Cuentas y visitas, 1797-1966, sign. 2994/003-00..
Patena [102]. Plata sobredorada. Es lisa, con un discreto círculo burilado. Lleva marca frustra, aunque parece corresponderse con la de Pedro de Uzquiano, platero de Orduña activo entre 1556 y 157628MARTÍN VAQUERO, 1997, pp. 367 y 406.
8. BFAH-AHFB, Judicial, Corregidor, Civil, sign. JCR0485/006.
AHEB-BEHA, Parroquia de San Pedro Apóstol de Orozko – Murueta, Cuentas, inventarios y visitas, 1797-1966, sign. 2994/003-00.
9. Ibid.
ZORROZUA SANTISTEBAN, 2003, pp. 132-133.
ZORROZUA SANTISTEBAN, Julen. El retablo neoclásico en Bizkaia. Bilbao: Departamento de Cultura de la Diputación Foral de Bizkaia, 2003.
10. MUÑIZ PETRALANDA, 2011, pp. 148-149.
MUÑIZ PETRALANDA, Jesús. Reflejos de Flandes. La escultura mueble tardogótica en Bizkaia. Bilbao: Museo Diocesano de Arte Sacro, 2011.
11. ZORROZUA SANTISTEBAN, 1998, pp. 318-319.
ZORROZUA SANTISTEBAN, Julen. El retablo barroco en Bizkaia. Bilbao: Departamento de Cultura de la Diputación Foral de Bizkaia, 1998a.
12. AHEB-BEHA, Parroquia de San Pedro Apóstol de Orozko – Murueta, Cuentas, visitas e inventarios, 1601-1716, sign. 2990/001-00.
13. AHEB-BEHA, Parroquia de San Pedro Apóstol de Orozko – Murueta, Cuentas y visitas, 1797-1966, sign. 2994/003-00.
14. MUÑIZ PETRALANDA, 2011, pp. 19, 90, 94-95, 218-219, 293; CD pp. 156-158.
MUÑIZ PETRALANDA, Jesús. Reflejos de Flandes. La escultura mueble tardogótica en Bizkaia. Bilbao: Museo Diocesano de Arte Sacro, 2011.
15. AHEB-BEHA, Parroquia de San Pedro Apóstol de Orozko – Murueta, Cuentas y visitas, 1797-1966, sign. 2994/003-00.
16. Ibid.
ZORROZUA SANTISTEBAN, 2003, pp. 132-133.
ZORROZUA SANTISTEBAN, Julen. El retablo neoclásico en Bizkaia. Bilbao: Departamento de Cultura de la Diputación Foral de Bizkaia, 2003.
17. BARRIO LOZA, sf 3
BARRIO LOZA, José Ángel. “Iglesia de San Pedro de Murueta (Orozko)”. Bilbao: Departamento de Cultura de la Diputación Foral de Bizkaia, sf 3. (Colección Patrimonio Histórico de Bizkaia).(Disponible en https://www.bizkaia.eus/dokumentuak/04/ondarea_bizkaia/pdf/Ondare/114%20C.pdf?hash=054b21387beb816dabbe17e6bc5006ce.
18. CILLA LÓPEZ, 2022, vol. 1, pp. 191-193, vol. 2, nº56, vol. 3, pp. 10, 53, 106.
CILLA LÓPEZ, Raquel. Investigación y puesta en valor de la platería antigua en Bizkaia. Vitoria-Gasteiz: Servicio Central de Publicaciones del Gobierno Vasco, 2022, 4 vols. (Colección Investigaciones de Patrimonio Cultural, nº4). Disponible en https://www.euskadi.eus/publicaciones-patrimonio-cultural/web01-a2kulonz/es/.
19. Ibid.
20. Ibid.
21. AHEB-BEHA, Parroquia de San Pedro Apóstol de Orozko – Murueta, Cuentas, visitas e inventarios, 1601-1716, sign. 2990/001-00.
22. CILLA LÓPEZ, 2021-2022, p. 126-127.
CILLA LÓPEZ, Raquel. Aproximación al conocimiento del patrimonio textil religioso en Bizkaia. Vestiduras sagradas, siglos XV-XVIII. Trabajo de investigación orientado al ámbito de la protección del patrimonio cultural vasco, 2021-2022. Vitoria-Gasteiz, centro de patrimonio cultural, Gobierno Vasco (inédito).
23. CILLA LÓPEZ, 2022, vol. 1, pp. 191-193, vol. 2, nº56, vol. 3, pp. 10, 53, 106.
CILLA LÓPEZ, Raquel. Investigación y puesta en valor de la platería antigua en Bizkaia. Vitoria-Gasteiz: Servicio Central de Publicaciones del Gobierno Vasco, 2022, 4 vols. (Colección Investigaciones de Patrimonio Cultural, nº4). Disponible en https://www.euskadi.eus/publicaciones-patrimonio-cultural/web01-a2kulonz/es/
MUÑIZ PETRALANDA y GARCÍA URIBE, pp. 5-6.
MUÑIZ PETRALANDA, Jesús, y GARCÍA URIBE, Iñaki. “Dos cruces de platería en Orozko y Baranbio”. En Aztarna. Amurrio: Asociación Etnográfica de Amurrio, 2019-7, n52, pp. 5-6. Disponible en https://aztarna.es/wp-content/uploads/2019/11/AZTARNA-n%C2%BA52.pdf.
24. CILLA LÓPEZ, 2022, vol. 1, pp. 225-226, vol. 2, nº71.
CILLA LÓPEZ, Raquel. Investigación y puesta en valor de la platería antigua en Bizkaia. Vitoria-Gasteiz: Servicio Central de Publicaciones del Gobierno Vasco, 2022, 4 vols. (Colección Investigaciones de Patrimonio Cultural, nº4). Disponible en https://www.euskadi.eus/publicaciones-patrimonio-cultural/web01-a2kulonz/es/.
25. AHEB-BEHA, Parroquia de San Pedro Apóstol de Orozko – Murueta, Cuentas y visitas, 1797-1966, sign. 2994/003-00.
CILLA LÓPEZ, 2022, vol. 1, pp. 37, 102-103, 267, 393, vol. 2, nº221.
CILLA LÓPEZ, Raquel. Investigación y puesta en valor de la platería antigua en Bizkaia. Vitoria-Gasteiz: Servicio Central de Publicaciones del Gobierno Vasco, 2022, 4 vols. (Colección Investigaciones de Patrimonio Cultural, nº4). Disponible en https://www.euskadi.eus/publicaciones-patrimonio-cultural/web01-a2kulonz/es/.
26. CILLA LÓPEZ, 2022, vol. 2, nº279.
CILLA LÓPEZ, Raquel. Investigación y puesta en valor de la platería antigua en Bizkaia. Vitoria-Gasteiz: Servicio Central de Publicaciones del Gobierno Vasco, 2022, 4 vols. (Colección Investigaciones de Patrimonio Cultural, nº4). Disponible en https://www.euskadi.eus/publicaciones-patrimonio-cultural/web01-a2kulonz/es/.
27. AHEB-BEHA, Parroquia de San Pedro Apóstol de Orozko – Murueta, Cuentas y visitas, 1797-1966, sign. 2994/003-00.
28. MARTÍN VAQUERO, 1997, pp. 367 y 406..
MARTÍN VAQUERO, Rosa. La platería en la diócesis de Vitoria (1350-1650). Vitoria-Gasteiz: Diputación Foral de Álava, 1997.